Lo de Juan Carlos Gaete fue la teleserie del fútbol chileno durante el verano pasado. La historia de un talentoso que se vio superado por el ambiente y terminó dejando escapar una oportunidad que cualquier futbolista hubiera deseado. Es el laberinto de Gaete.

Colo Colo lo anunció el 27 de diciembre de 2018. De inmediato surgieron las preguntas sobre el delantero, pieza capital para el ascenso de Cobresal en esa temporada. Su padre hablaba al mundo su felicidad. Sin embargo, al puntero no le interesaban las cámaras ni tampoco sabía cómo enfrentar la presión de estar en Colo Colo. Asistió a la primera práctica el 2 de enero del año pasado, pero luego se le perdió el rastro. Cuatro días después, el equipo viajó a realizar la pretemporada a Argentina y el puntero ni siquiera llegó al aeropuerto. En el club argumentaban "razones personales" por su ausencia.

El 11 de enero recibió la visita de la Garra Blanca en su casa de La Pintana. Decenas de hinchas coparon el pasaje de la población El Castillo, con fuegos artificiales, bombos, banderas y lienzos. Incluso, el jugador salió a atenderlos y compartió cánticos. A esas alturas, ya tenía resuelto no volver a los albos. Incluso, llegó a publicar en Instagram que sería nuevo jugador de Cobresal. No obstante, finalmente el destino lo llevó a Santa Cruz, el dueño original de su pase.

En la Sexta Región, Gaete estuvo lejos de ser el jugador que despuntó con los mineros y el técnico Osvaldo Hurtado no tuvo problemas en hacerlo notar: "Tiene que cambiar su comportamiento. No puede haber 26 jugadores y cuerpo técnico a los caprichos de lo que cada semana se le pueda ocurrir". La situación hizo comprender a la dirigencia de Blanco y Negro que el extremo necesitaba volver al norte, donde además estaba su novia y la familia de ella. Así fue como la concesionaria vendió el 35% de su pase a Cobresal en US$ 300 mil, la misma cifra que habían pagado por la mitad de la carta. Además, se determinó una cláusula de recompra de US$ 500 mil, vigente hasta 2021.

La felicidad de Gaete era plena. En su nuevo club elevó el rendimiento y ayudó a que se salvara del descenso. Y en esa condición volvió al Monumental el 1 de septiembre del año pasado. Esa noche, los albos tenían la fiesta preparada para celebrar el gol 216 de Esteban Paredes. Pero los dirigidos por Gustavo Huerta sorprendieron al Cacique y vencieron 0-2. Gaete complicó con su velocidad a la zaga colocolina. Sin embargo, a los cuatro minutos del segundo tiempo, sufrió un desgarro en el muslo derecho y salió del juego entre sollozos. Mezcla de dolor y frustración.

La buena campaña de Gaete, incluso, le valió ser considerado en diciembre para los microciclos con miras al Preolímpico. No obstante, a tres días de ser convocado, tuvo que bajarse por una nueva lesión. "Todo pasa por algo, quizá no era mi momento, pero nunca me daré por vencido", escribió el delantero en su Instagram.

Hoy tiene una nueva oportunidad. Gaete y sus compañeros recibirán a Colo Colo en El Salvador. Ahí, en medio del desierto, buscará ser la figura que encandiló a los albos. Quizás sea su momento.