El laboratorio de Yasmani Acosta: el plan cubano del medallista olímpico para levantar el deporte chileno

Yasmani Acosta
Yasmani Acosta, luchador y ganador de la medalla de Plata en los Juegos Olímpicos de Paris 2024. Foto: Andres Pérez

El flamante número uno del mundo de la lucha grecorromana cuenta que le planteó al Presidente Gabriel Boric la posibilidad de implementar colegios deportivos en todo Chile para fomentar la aparición de nuevos talentos. Aquí, explica los detalles de esa idea.


Yasmani Acosta vive un momento estelar en su vida. A los 36 años, viene de conseguir una inédita medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París y convertirse en el número uno del mundo en la categoría 130 kilos de la lucha grecorromana, dos de los grandes sueños que el deportista se trazó. Sin embargo, hoy va en busca de un nuevo anhelo y que forma parte de su legado en la actividad: la creación de colegios deportivos para futuros talentos en todo Chile.

El astro nacional venía hace mucho tiempo masticando una idea que permitiera asegurar la irrupción de nuevas figuras no solo en su disciplina, sino que en otras también. “El colegio deportivo es un sueño que tengo desde la pandemia. Yo pensaba ‘si Chile es un país con más recursos que Cuba, por qué Chile no tiene más resultados que Cuba’. Y, claro, todo parte desde la base”, confiesa.

El luchador nacido en Agramonte ya ha visitado establecimientos educacionales. De hecho, el 22 de marzo del año pasado, se presentó en el Liceo Polivalente Doctor Manuel Vargas Salcedo de Cerrillos, como parte del Programa ‘Conoce a tu Estrella’ de Santiago 2023. Ahí compartió con los alumnos, en una instancia que también le sirvió para reafirmar la convicción de que el futuro está en esa base que él menciona. “Estar acá me recuerda mucho a mi infancia, porque un primo me invitó a un gimnasio de lucha y ahí empecé a jugar, que es el rol de los niños, y después uno nota que le gusta más para dedicarse a esto”, señaló en aquella oportunidad.

Cuando fue recibido en el Palacio de La Moneda por el Presidente de la República Gabriel Boric tras su hito en París, el luchador le habló al mandatario sobre su proyecto: “Le dije que la base de todo parte en los colegios deportivos. Ahora mismo, ¿cuántos chicos vienen acá? ¿Y a qué edad empezaron en el deporte? Entonces, muchos no tienen las condiciones para viajar todos los días o no tienen las personas adecuadas”.

Yasmani Acosta
Yasmani Acosta es el número 1 del ranking de lucha grecorromana. Foto: Andres Pérez

A propósito de esto, hace un crítico diagnóstico de la realidad nacional en la materia: “Son niños que con el tiempo se desmotivan y se van perdiendo. Se vienen un tiempo, son chicos que tienen condiciones deportivas, pero se pierden. Entonces, tú como entrenador, ¿cómo le exiges a ese niño? Y ese niño viene con sus recursos para acá, después empieza a ganar y recién empieza a tener apoyo una vez que gana una medalla. O sea, tú tienes que sembrar para recoger, pero tú no puedes recoger sin sembrar nada. Y lamentablemente pasa mucho esto último”.

“No existe un apoyo para que el niño se motive. Algo así que el metro sea gratis para ellos o que tengan algún beneficio y ellos puedan venir y tú como entrenador puedas exigirle y decirle ‘tú tienes un apoyo y tienes que cumplir con el entrenamiento’. Pero si no hay, el niño dice ‘si no tengo apoyo, ¿cómo me van a obligar a venir? Voy cuando pueda, nomás’. Entonces, son niños que quizás tienen condiciones, pero se pierden con el tiempo”, reflexiona.

En su natal Cuba, los inicios del luchador fueron en distintos deportes y gracias al sistema que permite que los profesores de Educación Física vayan por los colegios captando prospectos. Claro que en su caso la vuelta fue un poco más larga.

“Sucedió que llegó un entrenador de fútbol y se llevó a todos mis amiguitos del barrio con los que siempre jugaba después del colegio. Pero yo recuerdo que ese día estaba enfermo y no fui al colegio y el profesor nunca pudo verme. Y al día siguiente, voy a jugar con mis amiguitos y unos están en el terreno de fútbol. ‘Pero, ¿cómo? Ah, ya, entonces yo también quiero ser futbolista porque yo también quiero jugar con ellos’, dije. Fui, me sumé al equipo y me querían para arquero porque era grande, pero me aburría porque casi no tocaba el balón. Duré como una semana”, recordó la semana pasada en entrevista con El Deportivo.

Posteriormente, tras esa primera experiencia, se cambió de disciplina. “Al lado del terreno de fútbol estaba el de béisbol. Ahí estuve un poquito más, porque el béisbol es un poquito más movido y estuve como un mes. Del béisbol me pasé al boxeo, como tres meses. Tenía de ocho para nueve años. Y luego me pasé a la lucha, porque tenía un primo que era luchador y me preguntó si quería ir al gimnasio con él. Había que hacer preparación física, pesas. Lo acompañé y me quedé”, complementó.

La inspiración cubana

¿Cómo funcionaría? El propio Yasmani explica cuál sería la dinámica del establecimiento, que sería una especie de internado: “En un colegio deportivo tú puedes becar niños y ese niño no te va a faltar a los entrenamientos, porque ese niño vive ahí de lunes a viernes. Ese niño estudia y entrena”.

El modelo es similar al cubano, que funciona a través de la EIDE, que es el acrónimo de Escuela de Iniciación Deportiva Escolar, un programa que comenzó en la isla en 1965, con la adaptación de recintos como centros de estudios y entrenamientos. En cada provincia del país existe una. En total son 14, y ahí arriban niñas y niños entre 11 y 14 años, siendo el segundo eslabón de la pirámide del alto rendimiento. La primera son las Áreas Especiales, desde los 5 años, donde los futuros talentos reciben nociones del deporte al que quieren dedicarse.

Yasmani Acosta
Acosta espera ayudar al crecimiento del deporte en Chile. Foto: Andres Pérez

Como tercer peldaño, se encuentran las Escuelas Superiores de Perfeccionamiento Deportivo (ESPA), que es la continuación de las EIDE y, tal como sucede con estas, en cada provincia existe una. Los atletas que llegan ahí tienen entre 16 y 19 años y lo hacen ya para ir afinando los elementos técnicos de su especialidad. En paralelo, funcionan los Centros de Alto Rendimiento Nacionales (CEAR), que reciben a los prospectos captados de las EIDE y ESPA provinciales. Estos centros están ubicados mayoritariamente en La Habana, la capital.

La última etapa del proceso es la llegada al equipo nacional. Y es por eso que, en muchas ocasiones, el nivel de las competencias internas es tan o más fuerte que el de un certamen panamericano.

“Lo ideal es que exista un colegio en cada región para ver a esos niños que son invisibles en todo Chile, porque hay niños que quizás tengan mucho talento y están en regiones apartados del centro y no se ven. Entonces, son talentos que se pierden. Y lo otro, que al ser en todas las regiones, apuntas a que un torneo nacional sea de mucho más nivel, ya que en todas las regiones va a haber niños con buen nivel de preparación”, sostiene.

“Lo que importa es que puedan llevar el área deportiva y académica a la par y que una no perjudique a la otra. Entonces, el colegio deportivo se adapta entre ambos sistemas para que no puedan perjudicarse entre sí y trabajen en conjunto. Así se puede crecer en el desarrollo deportivo, que es lo fundamental y que es lo que uno busca en estos colegios deportivos”, concluye.

La propuesta está sobre la mesa y dependerá de las autoridades sumarla a los actuales programas que el Estado maneja en materia de captación de talentos. Lo que sí está claro es que Yasmani Acosta ya piensa en una manera de devolverle la mano al país que lo acogió con tanto cariño.

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