Después de 17 años, ambas escuadras se volvieron a encontrar el estadio del Leeds. El cuadro de Marcelo Bielsa rescató un empate en el final, después de dar dura pelea al campeón inglés, que tras el 1-1 sigue sin encontrar el rumbo en la Premier League ’20-’21.
Un duelo que estuvo cargado de mensajes y testimonios, incluso antes de que la pelota comenzara a correr. Porque el cuadro blanco, que venía de vencer al City, no se amilanó frente a la polémica de la Superliga de Europa. Así, en el calentamiento previo, los dirigidos del Loco lucieron provocativas poleras con una vistosa consigna: “Gánatelo en el campo. El fútbol es de los aficionados”.
Incluso, en la previa del encuentro, una avioneta sobrevoló el estadio Elland Road con un lienzo que rezaba “Di no a la Superliga”. Es más, fanáticos de Liverpool -uno de los 12 equipos que firmaron el acuerdo de este nuevo torneo- realizaron manifestaciones en contra de este nuevo alzamiento.
Una actitud que enojó sobremanera al técnico de los Reds, el alemán Jürgen Klopp, quien no dudo en manifestarlo en la antesala del partido. “Si alguien cree que hace falta recordarnos que tenemos que ganarnos ir a la Champions League... es una broma. Me enfada. Han puesto las camisetas en nuestro vestuario. Si ha sido una idea del Leeds, no hace falta que nos recuerden nada. Quizás deberían recordárselo a sí mismos”, dijo a Sky Sports el DT germano.
Y con todos esos ingredientes, el enfrentamiento en cancha resultó más que entretenido. Con dos tiempos muy marcados para cada uno. El primero con un Liverpool que parecía recobrar la memoria después de un bache futbolístico en la Premier League.
Pese a la clara hegemonía del cuadro portuario, sólo pudo sacar una ventaja después de la media hora, con un tanto del senegalés Sadio Mané, quien no marcaba hace nueve presencias por la Premier.
Reacción a tiempo
Sin embargo, tras el descanso comenzó otro partido. Leeds se dio cuenta que las licencias del visitante no eran pocas y se acercó con impertinencia al arco que defiende Alisson Becker.
Tyler Roberts lo tuvo dos veces, pero la reacción del ex meta de la Roma higo su grito de gol. Los blancos no desfallecieron y lograron el empate con uno de los expedientes que mejor maneja; la pelota detenida.
Cuando quedaban tres minutos para el final del tiempo reglamentario, un tiro de esquina desde la derecha del equipo de norte de Inglaterra encontró de manera perfecta al espigado Diego Llorente, quien se elevó más que todos para darle justicia al marcador.