El fútbol tiene fecha para el retorno. El próximo fin de semana es el acuerdo que alcanzaron la ANFP, el Sifup y los técnicos. Lo reflejaron en una imagen que describieron como histórica. No tienen otra opción. Una nueva postergación, por la razón que sea, llevaría la temporada hasta más allá del 31 de diciembre. El plazo es fatal. Pasar a 2020 implicaría el riesgo concreto de que figuras como Matías Rodríguez, Edson Puch o Jorge Valdivia no puedan completar las campañas de la U, la UC o Colo Colo según la letra de sus contratos. Hay más casos.

El escenario es complejo, pues ni siquiera los especialistas se ponen de acuerdo respecto de qué podría pasar. La generalidad es que los clubes suscriban con sus jugadores contratos por la temporada. Es decir, hasta el último día en que tengan compromisos deportivos por disputar. Sin embargo, hay instituciones que reconocen que tienen jugadores contratados hasta fin de año, naturalmente sin haber previsto que el torneo podría extenderse más allá de ese límite por una crisis social de la que ni siquiera se sospechaba cuando los ficharon. "Tenemos jugadores hasta el 31 de diciembre. No muchos", admite, por ejemplo, Luis Baquedano, gerente general de Unión Española.

"Lo que se puede hacer es una modificación o un cambio en el contrato", señala, en una lógica que apunta a mantener en los planteles a la máxima cantidad de jugadores posibles. "Depende. Por un tema de claridad debe hacerse un anexo, que necesita la firma del jugador. Por eso los contratos se hacen por la temporada y no por un plazo fijo", explica Alfonso Canales, abogado del Sindicato de Futbolistas Profesionales.

El capítulo VI del Código del Trabajo está referido al contrato de los deportistas profesionales y a los trabajadores que desempeñan actividades conexas. El artículo 152 bis D alude a las extensiones de los acuerdos. "El contrato de trabajo de los deportistas profesionales y trabajadores que desempeñen actividades conexas se celebrará por tiempo determinado. La duración del primer contrato de trabajo que se celebre con una entidad deportiva no podrá ser inferior a una temporada, o lo que reste de ésta, si se ha iniciado, ni superior a cinco años. La renovación de dicho contrato deberá contar con el acuerdo expreso y por escrito del trabajador", consigna.

Aplicación cautelosa

La aplicación de la norma, en todo caso, requiere más cuidado. "Se pilla un poco la cola, porque la renovación tendrían que ser por seis meses. ¿Y si el futbolista no quiere? También se ve difícil la extensión automática, que involucraría un plazo aún mayor. Por eso surge más claro la firma de un anexo, que requiere la firma del jugador. Sería un instrumento de buena fe, atendidas las circunstancias actuales", insiste Canales.

José Luis Carreño, representante de futbolistas, pone la otra alerta. "¿Qué pasaría si a un jugador X le llega una oferta por un millón de dólares para irse después del 31 de diciembre y el Campeonato no ha terminado? Tendrían que liberarlo. Por eso los clubes se cubren poniendo en los contratos que la duración es hasta el final de la temporada", explica el agente.