Cuando transcurría el minuto 88 del duelo entre Uruguay y Ghana, en el que los charrúas se imponían con comodidad por 2-0, se escucharon gritos en el estadio y en el banco de La Celeste se tomaban la cabeza. En ese momento, Corea del Sur anotaba el definitivo 2-1 sobre Portugal, resultado que obligaba a la escuadra sudamericana a marcar un gol más para meterse en octavos

En búsqueda de ese objetivo, los de Diego Alonso se fueron con todo arriba. Y en los descuentos vendría lo más polémico: el defensor ghanés Seidu toca en el área a Cavani y la banca uruguaya estalla en reclamos. Daniel Siebert se llevó la mano a la oreja, en señal de que desde el VAR estaban revisando la acción. Sin embargo, descartaron una posible infracción sobre el artillero del Valencia.

Una vez terminado el partido, las imágenes se contrastaban en La Celeste: por un lado estaban los que lloraban y se lamentaban desconsoladamente por este fracaso mundialista, mientras que otro grupo se dedicó a rodear al cuerpo arbitral del encuentro para reclamarle con furia lo que ellos consideraban un penal no cobrado. De hecho, siguieron al árbitro casi hasta la boca del túnel, quien debió salir rápidamente.

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