El Real Madrid se impuso al Barcelona y encendió la lucha por La Liga. En un compromiso válido por jornada 30 del certamen, los blancos vencieron por 2-1 a los Azulgranas e igualaron las 66 unidades del Atlético de Madrid en la cima del torneo, aunque con un partido más que los colchoneros, que este domingo se miden con el Real Betis de Manuel Pellegrini y Claudio Bravo.

Se hablaba de un duelo a muerte en la antesala. Y no defraudó. Merengues y culés brindaron, bajo una intensa lluvia en el estadio Alfredo Di Stefano, un espectáculo propio de un derbi español que, más que los puntos, puede resultar clave para la definición del título. Tres puntos vitales para el Madrid, que ahora aguarda por un tropiezo del Atleti.

La magia y la efectividad hicieron despertar a un conjunto local que parecía dormido en el inicio. Con la posesión en los pies de los culés, los dirigidos por Zinedine Zidane apostaron a esperar. Alguna arremetida rápida o balonazo al vacío, fuese de Luka Modrić, Toni Kroos o Federico Valverde, tenía que abrirles el camino. Y una pelota, tan solo una que le quedara a Karim Benzema, tenía que entrar en el arco de Ter Stegen.

En la otra vereda, lo mismo se pensaba de un Lionel Messi que pocas veces pudo superar el cerco defensivo con el que su rival le formó una muralla, y de un Ousmane Dembélé que estuvo demasiado solo en su labor de atacante. La escuadra que adiestra Ronald Koeman tomaba la iniciativa, ante un equipo que nunca tuvo entre sus objetivos imponer el ritmo del encuentro.

Nada pudo hacer el Barça, que con toque tras toque parecía ser superior, ante la efectividad de un equipo que sabe golpear. Y cómo no, si tiene futbolistas con las condiciones para hacerlo. El cotejo tomó otro rumbo, el más cómodo para los dueños de casa, cuando Valverde protagonizó un carrerón por el sector medio y vio bien posicionado a Lucas Vázquez por la derecha. El español centró rasante en los 13′ y Benzema coronó con una joya. Le ganó la posición a Ronald Araújo y, con una soberbia definición de taco, puso el 0-1. Golazo, digno de clásico.

Los Azulgranas reaccionaron yendo al todo por el todo, aunque sin cambiar su fórmula. Adelantaron sus líneas y siguieron insistiendo con balón dominado, pero los merengues, pese a permitir los avances de su oponente, se mantenían sólidos, a la espera de un balonazo que encontrara al escurridizo Vinícius Júnior con campo por recorrer. El brasileño fue un constante dolor de cabeza para los forasteros y, de hecho, fue clave en la jugada que concluyó con el 2-0.

Y como ya había sucedido con la apertura de la cuenta, el segundo del Madrid no podía ser de otra forma. Sin merecimientos, pero sí con oficio, los blancos encontraron el segundo. Una falta sobre Vinícius en la entrada del área llevó a los de Koeman a tomarse la cabeza. Es que cualquier balón detenido en ese sector suele ser un caramelo para Kroos y no fue la excepción. El alemán probó al arco y, pese a que lo que pudo ser otra obra de arte se vio ensuciada por un rebote en Araújo y otro en Jordi Alba, terminó batiendo a Ter Stegen para firmar el segundo en los 28′.

Messi y compañía seguían sin salir del agujero negro en el que cayeron con el gol de Benzema. Aún así, los culés siguieron buscando por todas las vías. Recién al filo del primer lapso el duelo se tornó parejo. Si el Madrid pudo lograr el 3-0 con un palo de Valverde, en los 34′, el Barcelona también pudo conseguir el descuento en los 45′+1, con un casi gol olímpico de la Pulga que por poco sorprende a Thibaut Courtois. El balón impactó el vertical derecho del meta, cuando este ya estaba batido. Sin embargo, la visita se fue al descanso sin poder cambiar su suerte. O, al menos, acercarse a ello.

Koeman modificó su pizarra para el complemento e intentó aumentar el volumen ofensivo de sus dirigidos con el ingreso de Antoine Griezmann. El ingreso del Principito estaba cantado, porque Dembélé, el único delantero que acompañó a Messi en ofensiva, poco pudo hacer ante una defensa local que no le dio respiro, ni menos espacios. El Barça, con otra cara, inclinó el campo a su favor y forzó el descuento, el cual llegó en los 60′ mediante Óscar Mingueza, quien concluyó un ataque construido para darle vida a los forasteros y encender el compromiso.

Zidane, por su parte, también realizó cambios, sin temor a quedarse con un punto al final. Pensando en la revancha ante el Liverpool, por los cuartos de final de la Champions, sacó a tres de sus hombres fuertes: Kroos, Vinícius y Benzema. Y aunque su escuadra decayó en parte, siguió jugando con el resultado a su favor. Isco, uno de los que entró, se convirtió en el nexo entre la mitad de cancha y los delanteros, siendo un problema continúo para sus oponentes.

Las sustituciones le dieron mayor resultado a los merengues. Que, pese a que lamentaron la expulsión de Casemiro, sobre el final, supieron manejar el resultado gracias a la experiencia. Ambos pudieron marcar un gol más en el epílogo, Marcelo para los dueños de casa y Ilaix Moriba para la visita. El primero no pudo ante el achique de Ter Stegen, mientras que el segundo remató al palo. Al final, el premio grande fue para los blancos.

Ahora, el Madrid, que se ubica primero en el torneo español con los mismos puntos que el Atleti, aunque con un partido menos, se alista para enfrentar al Liverpool, por la vuelta de los cuartos de final de la Champions (15.00 horas). El Barcelona, en tanto, pone su foco en la final de la Copa del Rey, este sábado, ante el Athletic de Bilbao (15.30).

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