El segundo fin de semana de abril está marcado en todos los calendarios del mundo golf. En esa fecha, históricamente, se realiza el más importante de los cuatro majors: El Masters de Augusta. Ese torneo envuelto de historia, privilegios y flores. Uno que reparte millonarios premios y que año a año tiene a los mejores sobre su mítico campo. Para este 2022 todos los focos recaen sobre Tiger Woods, quien vuelve al PGA tras 14 meses sin competir.
La leyenda de Augusta puede explicarse por muchos factores. El primero sin duda su importancia deportiva. El torneo que se disputa de forma permanente en el Augusta National Golf Club, esa finca que tiene de entrada una recta de 300 metros custodiada por decenas de magnolias y que en todo su campo cuenta con más de 80.000 plantas, es el cielo para los golfistas. Un punto de peregrinación que te tiñe de dorado (o verde en este caso) para siempre.
Ganar allí no solo te da la invitación automática para disputar de por vida el torneo, además de una por los próximos cinco años para disputar los otros tres majors. Lo más importante de conquistar Augusta es poder ponerse la codiciada chaqueta verde. Una que solo pueden usar los campeones y que ni siquiera puedes llevarte a tu casa. Esta se queda en los vestidores del club, siempre custodiada, para lucirla solo dentro de los límites del recinto.
Y es que este campo, con sus icónicas azaleas replegadas a lo largo, es un lugar lleno de tradiciones. Otras de ellas, sin dudas la de la cena del campeón. Cada año, el ganador de la edición anterior realiza una comida con los anteriores monarcas del Masters. Para este 2022, Hideki Matsuyama eligió un menú que contaba con sushi, nigiri, carne de wagyu y pastel de frutillas japonesas.
Pero además de poder ser parte de todas esas tradiciones, Augusta da una de las bolsas monetarias más cuantiosas del PGA. Matsuyama por ejemplo al ganar el año pasado se llevó la suma de 2.07 millones de dólares, mientras que Jon Rahm al quedar cinco, ganó casi 400 mil dólares. En total se reparten 11,5 millones de la divisa norteamericana.
Para esta edición el torneo ha dispuesto de muchos grupos estelares. Durante jueves y viernes se podrá ver a Jon Rahm compartir hoyos con Will Zalatoris y Patrick Cantlay. O también a Bryson deChambeu caminar junto a Cameron Smith y Paul Casey por los pasadizos coloridos que provocan las flores rosadas y blancas de Augusta.
El campeón defensor saldrá al campo junto a Justin Thomas y James Piot, mientras que el flamante número uno del mundo lo hará acompañado de Adam Scott y Tony Finau. Otro grupo que también merece mención es el de Dustin Johnson, Billy Horschel y Collin Morikawa.
Eso sí, dos campeones no estarán en esta edición: Trevor Immelman y Phil Mickelson, el último se ausentará del campo donde ganó en 2004, 2006 y 2010 tras tomarse un descanso del golf después de haber lanzado duros comentarios ante el PGA Tour en pos de la creación de un posible circuito alternativo, gestionado por el gobierno de Arabia Saudita. Será la primera vez que se ausenta en 28 años.
La semana Woods
Pero la mayoría de los focos estarán inevitablemente con Tiger y su regreso tras 14 meses sin competir luego del grave accidente que sufrió en febrero de 2021. Uno que se mezclará quiera o no, con la ronda que haga Joaquín Niemann. Ambos compartir salida en las primeras dos jornadas del torneo, un hecho que sin duda hará que el chileno tenga a miles de personas mirando su juego.
Algo que a Joaco no le complica. “Va a ser una buena experiencia jugar con Tiger. De todas maneras, vine acá a competir y no importa lo que pase con la tribuna o con él. Igual, va a ser muy lindo jugar con él”, declaró el golfista nacional en las horas previas al comienzo del torneo.
Y es que Woods es una eminencia en el torneo. Desde la primera edición en 1934, solo un jugador ha podido conquistar Augusta en más ocasiones que él: Jack Niclkaus. El “Oso Dorado” se alzó con la victoria en 1963, 1965, 1966, 1972, 1975 y 1986, teniendo aún uno más que el “Tigre”.
Eso sí, la leyenda que escribió Tiger en 1997 fue única. Su victoria provocó una catarsis en el pueblo afroamericano, ya que ningún golfista de color había conseguido uno de los cuatro major. Y justo se dio en un lugar que hasta ese entonces era apuntado por su segregación.
Finalmente uno de las cosas más llamativas de esta semana es el nuevo zapato que tendrá que usar el ex número uno para competir. Debido a las lesiones que aún arrastra del accidente y a lo ondulado del campo de Georgia, tuvo que dejar sus característicos Nike para utilizar unos Footjoy que contienen una cámara de aires menor rígida. “Por la cantidad de tornillos, clavos y placas que tengo en la pierna, necesito más estabilidad. Mi movilidad es limitada y no tengo muy claro que mejore. Eso sí, me iré sintiendo mejor con el tiempo, dicen los médicos. Nike también ha hecho un gran trabajo y vamos a seguir”, contó quien será el actor principal de este Augusta.