Daniel Óscar Garnero es la carta en la que confió la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) para encarrilar el camino de la selección en las Eliminatorias rumbo al Mundial 2026. El exfutbolista llegó para reemplazar a Guillermo Barros Schelotto, teniendo como principal aval su extensa y exitosa carrera en la liga guaraní. Llegó en 2015 a Sol de América, para luego pasar por Guaraní, Olimpia y Libertad. Tiene ocho títulos nacionales en Paraguay, con tres equipos distintos. Puso su nombre en los libros porque alcanzó el registro del histórico Luis Cubilla, como el DT más ganador de Primera División.
Pero aquello ya es pasado, porque el presente de Garnero está con la Albirroja y el próximo desafío es visitar a la selección chilena en el Monumental, el que recién será su tercer partido como seleccionador. “Considero que, en este partido, tenemos fuerzas muy parejas. Tenemos posibilidades de traer los tres puntos, soy optimista, solo quiero ganar”, dijo este miércoles, previo al partido. “Me gusta consolidar un equipo, estoy siempre en la búsqueda. El tiempo de trabajo no es el que queremos, pero cuento con la predisposición de los jugadores y eso me da mucha seguridad”, añadió en rueda de prensa.
Con 54 años, el argentino (oriundo de Lomas de Zamora) desembarca en Chile, tierra en la que no se pudo ver su mejor versión como futbolista, particularmente en la precordillera. Daniel Garnero fue un talentoso mediocampista ofensivo. Brilló en Independiente de Avellaneda entre 1991 y 1995, periodo en el que ganó tres títulos internacionales y uno local. Su carrera tomó un nuevo rumbo en 1996, porque cruzó la cordillera y fichó en Universidad Católica con el rótulo de estrella. Pero esa apuesta fue un sonoro fracaso.
Para los inicios de la temporada 96, la UC transfirió a sus dos estandartes de la época: Alberto Acosta y Néstor Gorosito. El Beto y el Pipo partieron al Yokohama Marinos de Japón. Con ello, la directiva se fijó en Garnero para ser nada menos que el reemplazante de Gorosito, un peso no menor considerando que fue clave en 1994 y 1995.
“Yo sentí un poco el entrenamiento, pero terminé bien. Hay un ambiente muy bueno, están haciendo las cosas muy bien y hay objetivos muy importantes”, declaró el flamante fichaje después de su primera práctica en San Carlos de Apoquindo, con alta expectación periodística.
Fue el gran refuerzo del año para los cruzados, dirigidos por Manuel Pellegrini, que también sumaron al brasileño Caté y al ‘Tunga’ González. El Ingeniero se fue a mitad de temporada, reemplazado por Fernando Carvallo. Volviendo al transandino Garnero, quien heredó la camiseta número 10, debutó oficialmente por Católica el 25 de febrero de 1996, por la Copa Chile. Ingresó en los 57 minutos por Luis Ceballos, en el triunfo estudiantil 2-1 sobre Huachipato.
Definitivamente, no cumplió las expectativas que se habían posado sobre él, considerando sus antecedentes en Independiente y el cartel con el que llegó al país. En 1996 jugó 23 partidos, distribuidos en tres competencias diferentes: 18 por el Campeonato Nacional, cuatro por la Copa Chile y uno en la Copa Libertadores. Apenas convirtió un gol. Fue el 22 de noviembre, en la derrota 4-3 con Coquimbo Unido, en la última jornada del torneo de Primera División.
El cuadro estudiantil iba a finalizar con el subcampeonato sumando 59 puntos, a cuatro del campeón Colo Colo. Como premio de consuelo, ganó la liguilla de Copa Libertadores, clasificando a la edición ‘97, en una dramática definición a penales ante Cobreloa. Esa serie ante los mineros significó, por cierto, la despedida de la joya que tenía el club y el proyecto más notable del fútbol chileno por esos años: Sebastián Rozental. El blondo atacante iba a partir al Glasgow Rangers de Escocia. Daniel Garnero duró sólo un año en Chile. En 1997 volvió a Independiente. En el Rojo se iba a retirar, tras un paso por México.
El otrora volante integra el poco elegante grupo de enganches extranjeros que trajo la UC y que no resultaron, listado que también cuenta a Edu Manga, Rubén Capria, Hugo Morales, Jonathan Fabbro y Nicolás Gianni, por ejemplo.