Colo Colo iguala frente al Monagas, en Venezuela, y deja escapar puntos que perfectamente pudo haber sumado y que le habrían resultado decisivos en el afán de avanzar en la Copa Libertadores. Si no consiguió la victoria no fue por el nivel del rival. Básicamente, se debió a la impericia de sus jugadores y a errores que limitaron en lo grotesco, sobre todo para un equipo que, en teoría, tiene la aspiración de mejorar la campaña que había cumplido el año pasado en el mismo torneo continental.
Los hinchas no perdonan la paupérrima actuación. Sus dardos están puntualmente dirigidos. Si bien apuntan a un decepcionante rendimiento general, hay dos jugadores que concentran las críticas más ácidas: Maximiliano Falcón y Leandro Benegas. Ambos cometieron errores evidentes en el choque ante los llaneros. El uruguayo concretó una de sus peores presentaciones en los albos, justo cuando resurge el interés por llevarlo al extranjero. El delantero marró increíblemente una ocasión de gol imperdible. Sus nombres se transformaron en trending topic en Twitter durante el encuentro, lo que evidencia que concentraron los comentarios. Ambos tienen un denominador común: han sido apuntados por el estratega, incluso públicamente.
Hay otro flanco que sigue abierto: Brayan Cortés pasó a la banca después de un acto de indisciplina. Solo la expulsión de Fernando de Paul en el país caribeño, con el error de Falcón mediante, lo devolvió al campo de juego. El iquiqueño, otro de los líderes del plantel, está descontento y quiere partir. Esta semana, sufrió un revés en ese propósito: Peñarol descartó estar interesado en sus servicios. La lista negra del estratega contiene más nombres: Darío Lezcano, Fabián Castillo y Matías de los Santos.
Quinteros, apuntado
Quinteros tampoco se salva. Los hinchas, que siempre le veneraron, ahora lo ponen en la línea de las críticas. Y entre los jugadores que construyeron la historia del Cacique también hay aprensiones. “Está confundido. El discurso de los refuerzos y de los lesionados se le acabó. Qué pasa, entonces, con los técnicos de los equipos más chicos entonces. Colo Colo está pasando por una tormenta perfecta. El rendimiento es discretísimo, el manejo de Quinteros es muy malo comunicacionalmente. La gente no es tonta, se da cuenta. Es estresante y agotador escucharle hablar”, sostiene Fernando Astengo, ex jugador y entrenador albo. “Cuando un técnico sale a hablar, siempre va a haber molestia en el camarín. Es evidente. A mis hijos los reto en mi casa, no en la plaza, para que me escuchen los vecinos. De eso se trata un equipo, un plantel. De hablar cara a cara”, amplía el León.
El análisis es más profundo aún. “Quinteros es bastante particular y especial en su forma de dirigir y comunicarse. Grita, pelea con el cuarto árbitro. En la transmisión se escuchaba. Más que dirigir, se dedica a reclamar, a expresar su frustración. Siempre tiene una excusa. Que las ocasiones de gol, que el rival tuvo una. Y el fútbol es así. Hay distintas formas de ganar. Siempre está diciendo que su equipo jugó mejor que otro, pero perdió. Nunca reconoció que se equivocó. Que tiene que analizarse y reciclarse. La gracia de los buenos técnicos es que corrigen cuando les faltan jugadores, que son capaces de adaptarse”, sentencia. Hay un dardo más. “A Gutiérrez lo vuelve loco a gritos. Sale llorando de la cancha. Se supone que el técnico es tu ayuda. Al final, quien puede jugar en paz así. Quinteros llora y se ha llevado en eso todo el Campeonato”, dice.
El último es para Falcón. “Cuando un central se cree bueno, lo perdiste. Y Falcón se cree bueno. Y hacen cosas como tratar de salir jugando. Falcón no hace ni una ni otra. La gente, el cariño que le tienen, le desbordó”, sostiene.
Autocrítica y antecedentes
A la llegada desde Venezuela, Falcón asumió su responsabilidad por los errores que cometió en el choque ante los llaneros. “Los errores que he cometido... No estoy a mi máximo nivel, o el que he demostrado. Estoy tranquilo, le puede pasar a cualquier jugador”, puntualizó. “Ese enganche lo hice en varios partidos y ha salido. Lo que conlleva todo esto es que el partido pasado fue gol y hora nos expulsaron un jugador. Soy autocrítico, asumo mis errores. Me he equivocado y siempre pongo el pecho a las balas”, expresó.
En la Copa, el charrúa ya había cometido otro error grosero. Un intento por salir jugando en el partido frente a Boca Juniors desembocó en el tanto de Sebastián Villa, que selló la victoria xeneize. Esa vez, Quinteros fustigó directamente la equivocación. “Regalamos el segundo gol, una jugada infantil, donde perdemos una pelota que hay que rechazarla y le regalamos la posibilidad al rival de jugar 11 contra 10. Cometimos errores tontos que en estos partidos hacen que termines perdiendo y no te da la posibilidad de revertir una situación. Lo que me queda a mí como entrenador es que jugamos muy bien el primer tiempo. Hasta el error que nos costó el segundo gol. Después de la expulsión, es imposible de analizar. Boca jugó mejor, tuvo los espacios imposible revertir una situación”, dijo, inmediatamente después de la derrota. E insistió: “Esto de cometer errores infantiles en estos partidos internacionales te pasa lo que pasó y más contra un rival de estas características”.
Ciertamente, no era la primera vez que las emprendía contra el defensor. En junio del año pasado, lo recriminó a vista y paciencia de todos, en un duelo ante Temuco, por la Copa Chile. “Pensá, tonto”, le manifestó. “¿Qué te pasa? No me empujes”, contestó Falcón. Este año, una reprimenda anterior había llegado después de la expulsión que recibió el charrúa en el choque ante Everton, por lanzarle un pelotazo al mexicano Luis Montes. En esa oportunidad, otra vez hubo un fuerte reto. Luego, a nivel grupal, advirtió que ese tipo de irresponsabilidades iban a recibir sanciones.
Benegas, por quien Quinteros insistió hasta el cansancio para sacarle de Independiente, también ha mostrado su incomodidad por la escasa continuidad. En mayo, el estratega le quitó el respaldo. “Creemos que ellos dos (Benegas y Lezcano) y otros jugadores tienen que levantar el nivel. Por eso no están jugando, uno estuvo parado por lesión y el otro necesita levantar el nivel (Benegas). Espero que puedan levantar el nivel y ser los mejores de acá hasta que termine la temporada”, dijo el entrenador, en un análisis que incluía a Darío Lezcano, otro de los que había reclutado como solución ofensiva tras la partida de Juan Martín Lucero. Sus números no le ayudaban. 16 partidos, con tres goles y una asistencia, en 790 minutos, formaban el balance. La cifra goleadora, que es la que más se le exige, no ha crecido en los días siguientes. Quinteros se irrita y lo expresa. Al delantero no le gusta.