Robbie Robinson es uno de esos raros talentos que escapó a la capacidad organizativa de los norteamericanos. Un jugador lleno de condiciones, quien creció en una zona muy poca futbolizada de Estados Unidos, pero que destacó en el fútbol universitario al punto de adjudicarte el Trofeo Hermann al Jugador Más Valioso de 2019 en el soccer de la NCAA, desde donde saltó a la Major League Soccer.
Así lo cuenta Camilo Rodríguez, el entrenador colombiano que trabaja en el cuerpo técnico de la Universidad de Clemson, donde el nuevo atacante de Martín Lasarte comenzó a hacer sus primeras armas en el fútbol.
“Yo llevo seis años acá en Clemson y conocí muy bien a Robbie, estuvo con nosotros los tres años de universidad. Sabíamos que había rumores de que lo convocarían a la selección de Chile y que su madre tiene doble nacionalidad. Pero no pensábamos que sería tan pronto, aunque ya lo habíamos hablado. Su último año con nosotros fue en 2019 y en enero de 2020 fue el draft, cuando se fue a Miami”, dice el preparador de arqueros.
Asimismo, el profesional sudamericano relata cómo llegó a la destaca institución superior, que marca diferencias en deportes como el fútbol americano.
“De pequeño jugaba en un club que queda como a una hora de nuestra universidad. El director de ese club es un ex alumno de esta universidad y nos habló de Robbie. Lo vimos jugar y lo trajimos a Clemson. En sus últimos años de secundaria, firmó un contrato amateur con un equipo de segunda división. Entonces, con 17 ó 18 años ya entrenaba con profesionales y ahí terminó su secundaria en internet para poder entrenar con el club. Ahí lo trajimos para acá y le dimos una beca”, advierte el funcionario de Clemson.
Y así también cuenta cómo no fue detectado por la federación local: “Robbie es de acá de Carolina del Sur, donde no hay un club profesional importante. Entonces es uno de esos chicos que cayó entre las grietas, como decimos acá. Nunca lo vieron, porque nunca estuvo en las inferiores de un grande. Jugó en instituciones más pequeñas, donde a veces los futbolistas se pierden. Nunca lo llamaron a la selección de Estados Unidos, ni a los campamentos regionales. Fue un chico que creció en un área donde no había scouts, un poco de mala suerte para él, porque si lo hubieran identificado habría jugado al menos en las selecciones juveniles”.
Atlético, veloz, pero le falta cabezazo
Rodríguez reconoce las cualidades técnicas del jugador. Según confirma, una de sus grandes virtudes es la velocidad, un rasgo que desarrolló desde pequeño en Clemson.
“A él lo identificamos y sabíamos que era un jugador con mucho prospecto. Cuando llegó acá, los atributos que tiene física y futbolísticamente eran muy diferentes a los demás chicos. Su perfil atlético era muy superior a los chicos de 17 ó 18 años que llegaban acá en cuanto a su potencia física”, dice el ayudante técnico del cuadro universitario.
Incluso, advierte que el chileno maneja ambos perfiles, lo que lo hace un jugador muy peligroso.
“El manejo de las dos piernas es algo que lo hace un poco distinto de los delanteros que existen acá. Sobre todo, se caracteriza por su habilidad, en el uno a uno es muy creativo. Te puede ganar en velocidad, te pueden ganar sacando un disparo rápido, te patea con la izquierda o con la derecha… Tiene muchas armas”, dice su formador.
Y en la misma línea, agrega que “es muy rápido. Si lo dejas voltear, es muy peligroso encarándote. Jugando de espaldas al arco mantiene el balón muy bien. La habilidad con el balón en los pies es lo que lo hace diferente”.
Eso sí, el delantero de Inter Miami FC también tiene puntos que debe mejorar, como el juego aéreo, según opina uno de sus formadores en Carolina del Sur.
“Con nosotros no hizo muchos goles de cabeza. No es su fuerte, pese a que mide 1,88 m. de estatura. Atléticamente tiene muy buena altura, tiene buen rechazo, pero de repente no es un muy valiente para poner la cabeza… Algunos 9 como Cavani o Luis Suárez no tienen miedo en poner la cabeza. No creo que Robbie sea un 9 que haga muchos goles por esa vía, su virtud es que en cualquier ocasión en el área puede disparar, le pega muy duro al balón”, aclara Rodríguez.
De 9 o puntero
Una de las grandes virtudes del nuevo refuerzo de la selección chilena es la capacidad para adecuarse a diferentes situaciones tácticas que presenta el partido. Así lo explica el técnico colombiano.
“Robbie puede jugar de centro delantero o de carrilero, domina las dos posiciones. Depende mucho de las necesidades del equipo. Nosotros en Clemson lo usábamos en diferentes puestos, dependiendo del rival. Si enfrentábamos a un equipo que era más débil en los costados, lo tirábamos por ahí… Si podía generar más peligro con los centrales, jugaba de 9. Yo sé que se siente cómodo en las dos posiciones. En un equipo como Miami, con la presencia de Higuaín, seguramente Robinson seguirá siendo extremo”, sostiene el DT.
Aunque advierte que “ahora, ya a nivel de selecciones y eso, no sé si sea lo suficientemente fuerte y tenga la experiencia para jugar de 9. Pero de carrilero sí puede jugar en cualquier nivel”.
Cristiano, fanático y poco español
Tal como ocurre con Ben Brereton, el estadounidense sólo habla la lengua inglesa. Así lo describe Rodríguez, quien explica que “no habla mucho español. Yo lo molestaba porque cuando entrenaba se subía los shorts como lo hacen los jugadores en Sudamérica. Eso es lo más chileno que tiene. Siempre miraba mucho el fútbol sudamericano y hablábamos mucho”.
Sobre sus aficiones, Robinson es un fanático del fútbol y tiene al portugués CR7 como uno de sus grandes referentes en esto del fútbol.
“Creo que Cristiano Ronaldo era uno de sus ídolos, pero hablábamos mucho de Lionel Messi también. Es un chico de esos que llamamos acá como Soccer Yonkies, que les gusta mucho ver fútbol de todos lados, de todas las ligas y siempre tuvo esa conexión de Sudamérica por su mamá y veía mucho fútbol de allá”, dice su ex entrenador.
Sobre las proyecciones del chileno de 22 años de edad, el miembro del cuerpo técnico de Clemson opina que “es una de las grandes revelaciones de la Major League Soccer. Es uno de los pocos chicos que sale de la universidad y tiene un impacto inmediato, ha hecho cosas muy buenas en estos dos años. Sabíamos que tenía el talento, pero el proceso de adaptación y asimilación no es el mismo para todos. No sabíamos cuán rápido podía adaptarse”.
Y agrega que “la gente no conoce mucho al Draft del fútbol, pero todos los equipos tienen muchos ex universitarios en su plantilla. Nosotros cada año ponemos alrededor de tres jugadores en la MLS”.