El Matador de Wembley: las ‘bodas de plata’ de un triunfo inolvidable
El 11 de febrero de 1998, hace 25 años, la Selección de Nelson Acosta venció a Inglaterra, con la mente puesta en el Mundial de Francia. Fue el gran día de Marcelo Salas, capitán y figura, ad portas de su desembarco en el fútbol europeo. Hasta U2, que debutó esa misma noche en el Estadio Nacional, posó con la camiseta de la Roja.
La banda irlandesa U2 tocaba por primera vez en el Estadio Nacional, el principal coliseo del país. Era un 11 de febrero de 1998 y el grupo liderado por Bono se presentaba en el marco de su gira Pop Mart Tour, desatando la algarabía de sus fanáticos. En medio de su espectáculo, los cuatro integrantes aparecen con la camiseta de la selección chilena. ¿Un acto para ganarse a sus admiradores? En realidad, había una explicación. Ese mismo día, horas atrás, la Roja le ganó a Inglaterra en Wembley, en un amistoso tan inolvidable como soñado.
Hace 25 años, el combinado nacional que lideraba Nelson Acosta tuvo uno de los resultados más grandiosos de su historia. Más allá de que se haya tratado de un duelo de preparación (para el Mundial de Francia), no todos los días se le gana a un campeón del mundo en su casa. Y con total propiedad. Ese fue el día en el que Marcelo Salas se echó al bolsillo a la “catedral del fútbol mundial” y a Europa, la que se transformaría en su casa poco tiempo después.
A meses de clasificar a la Copa del Mundo, el equipo nacional comenzó a proyectar el gran desafío en el verano del ‘98. Jugó en Hong Kong, Nueva Zelanda y Australia antes de desembarcar en Londres. El amistoso ante los británicos era el quinto partido de un historial (negativo, hasta este encuentro) que comenzó en el Mundial de Brasil 1950. Chile estaba 16° en el ranking FIFA, mientras que Inglaterra estaba en el cuarto lugar.
Lógicamente, se trataba de una expedición compleja, al medirse con un equipo de linaje. El elenco de los Tres Leones tenía como laterales a los hermanos Neville, mientras que su ataque lo conformaba Dion Dublin, Teddy Sheringham y un debutante Michael Owen. Con 18 años, un mes y 28 días, el promisorio atacante se estrenó con su país ante la Roja. El ex Liverpool, galardonado con el Balón de Oro en 2001, no pudo ante Pedro Reyes, Ronald Fuentes y Javier Margas.
El día anterior, jugaron los combinados B de ambas selecciones y Chile sorprendió al ganar 2-1 con un doblete de Manuel Neira. ‘Manolete’ se terminó de meter en la lista final para el Mundial. En el duelo de los elencos A, con la presencia de 65.228 espectadores en el mítico recinto (que fue derribado en 2002 y reconstruido), Acosta mantuvo la base de las Eliminatorias, que se concentraba en el torneo local. De la oncena que salió a la cancha, el único que jugaba en el extranjero era Marcelo Salas (en River Plate). Ante la ausencia de Iván Zamorano, el temuquense portó la jineta de capitán, en la que sería una de las presentaciones más extraordinarias de su prolífica carrera.
El 11 de la Roja llevaba consigo la distinción del Mejor Jugador de América 1997, por su descollante temporada con los Millonarios. Su primera gran aparición fue en los 45 minutos. Estaba terminando el primer tiempo y Clarence Acuña le cede el balón a José Luis Sierra. El Coto envía un pase largo desde la mitad de la cancha buscando a Salas. La pelota le pasa por arriba al volante David Batty y le cae con precisión quirúrgica al goleador, quien amortigua y remata con la pierna zurda, batiendo al meta Nigel Martyn. Uno de los mejores tantos en la historia del Equipo de Todos.
La segunda estocada llegó en el segundo tiempo. Aquí aparece un nombre importante en esta historia: Sol Campbell. El histórico central inglés, referente del Arsenal, quien en esa época jugaba en el Tottenham, sufrió con Marcelo Salas. Bueno, más bien el Matador lo sacó a bailar en una lucida acción hasta que Campbell lo derribó en el área. Penal. En el minuto 79 llegó el 2-0, definiendo con un remate sutil, abriendo su pie izquierdo, engañando al golero y acallando las ruidosas pifias de los forofos británicos. “¿Cómo se dice matador en inglés?”, decía Pedro Carcuro en su relato para Televisión Nacional.
Esa actuación de Salas terminó siendo la plataforma definitiva para llegar al Viejo Continente. En febrero del ‘98 se produjo su fichaje en la Lazio, por una cifra de 17,5 millones de euros (más de US$ 20 millones), la transferencia más elevada por un futbolista chileno hasta esos años. En 2001, el ex U. de Chile rompería su propia marca al pasar de la Lazio a la Juventus por 25 millones de euros. En la catedral del fútbol, José Marcelo Salas fue el Killer.
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