El mayor dolor de Bielsa en el fútbol: a 20 años del fracaso de Argentina en Corea-Japón
El 12 de junio de 2002, la Albiceleste empata con Suecia y queda eliminada de la Copa del Mundo asiática en la fase grupal. Un golpe duro para una selección que arribó al Mundial como candidata y que terminó en un fiasco. Uno de los pecados del técnico rosarino fue, aunque suene paradójico, no transar en sus principios futbolísticos. El caso Batistuta – Crespo fue el ícono.
Cruzando la Cordillera de los Andes, el nombre de Anders Svensson no le hace mucha gracia al visceral futbolero transandino. Evoca una de las grandes frustraciones en la historia de la selección argentina: llegar a una Copa del Mundo como firme candidato, pero tener que masticar el agrio sabor de una eliminación tan sorpresiva como tempranera. El Mundial de Corea-Japón 2002 significa uno de los dolores más profundos para la Albiceleste, porque estaba todo dado para llegar alto en Asia. Y sucedió todo lo contrario.
Hace 20 años sucedió la primera Copa del Mundo en el continente asiático, que consagró a Brasil como pentacampeón y que tuvo en Francia a una de las notables decepciones, porque llegaron defendiendo la corona y se fueron en la fase grupal, igual que Argentina. El siguiente es el recorrido de un elenco configurado con futbolistas notables y con un entrenador como Marcelo Bielsa que no pasa indiferente, que no cumplió con las expectativas. Dos décadas pasaron del gran fracaso del Loco.
Las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de 2002 tuvieron en el equipo argentino a una potencia de principio a fin. Terminaron el proceso en el primer puesto, con 43 puntos en 18 partidos, 12 unidades más que el segundo, Ecuador. A un mes del torneo, los transandinos se ubicaban en el tercer lugar del ranking FIFA, reflejando su notable momento y su estatus de candidato. Tenían un equipo formidable: Germán Burgos, Roberto Ayala, Walter Samuel, Mauricio Pochettino, Javier Zanetti, Matías Almeyda, Juan Sebastián Verón, Diego Simeone, Juan Pablo Sorin, Ariel Ortega, Gabriel Batistuta, Hernán Crespo, Cristián ‘Kily’ González y más.
Aunque suene paradójico, la abundancia terminó siendo un problema para Bielsa, por la numerosa riqueza que tenía el plantel argentino y no hacer encajar a todos, justo en un punto de madurez que les entregaba con razón la chapa de candidato (varios brillaban en la élite europea). Además, con un entrenador que tiene en el convencimiento de su idea un punto relevante para la propuesta ofensiva.
Si bien en otras ediciones de las Copas del Mundo, Argentina tuvo fortuna en los sorteos, en 2002 no corrió con aquello. Cayó al grupo F con Inglaterra, Nigeria y Suecia. El denominado “grupo de la muerte”. Algunas decisiones futbolísticas que tomó el entrenador generaron ruido. Por ejemplo, en el arco. En las Clasificatorias, el 1 titular fue el ‘Mono’ Burgos. Pero para el Mundial, el elegido fue Pablo Cavallero, que estaba en el Celta de Vigo. Otra fue la inclusión en la nómina final de Claudio Paul Caniggia, con 35 años, que estaba destacando en el Rangers de Escocia.
El 2 de junio fue el estreno, ante los africanos, en Ibaraki (todos los encuentros fueron en Japón). El equipo de Bielsa ganó 1-0, gracias a un cabezazo de Batistuta, tras un córner de la ‘Brujita’ Verón. Inicio alentador. El segundo partido era el más complejo: ante Inglaterra. El 7 de junio, en el Domo de Sapporo, la Albiceleste perdió 1-0, con un gol de penal de David Beckham. Con tres puntos en la bolsa, Argentina estaba obligado a vencer a Suecia para avanzar a octavos.
Afuera
El 12 de junio, Miyagi recibió una final. Y ya se sentían voces críticas de parte de la ácida prensa transandina, que pedía juntar a la dupla Batistuta – Crespo, ante la necesidad de ganar. Bielsa no cedió en sus convicciones y mantuvo el dibujo 3-4-3, con Bati de centrodelantero, apoyado por el ‘Burrito’ Ortega y el ‘Piojo’ López.
En los 59 minutos, un tiro libre de Svensson se cuela en la portería de Cavallero y pone el 1-0 para los suecos. Alarma encendida y ruidosa, porque la Argentina se quedaba afuera. Bielsa metió mano en el equipo, pero sin negociar su postura, porque entró Crespo por Batistuta. Nada de doble 9. Ortega recurrió a su viejo truco de exagerar una falta y le cobraron un penal, cerca del final. El 10 falla, pero Crespo capturó el rebote (invadiendo el área de manera evidente) para hacer el 1-1. No hubo tiempo para la épica. Los jugadores se desplomaron en la cancha. Sus rostros lo decían todo. Una frustración inconmensurable.
Como era evidente, Marcelo Bielsa tuvo que dar la cara ante el fracaso de la selección argentina. “El fútbol tiene como opción que no siempre gane el que es mejor. Yo creo que fuimos el mejor equipo del grupo. Merecimos ganar holgadamente frente a Suecia, merecimos un resultado superior al que obtuvimos ante Nigeria y no merecimos perder ante Inglaterra... El fútbol también tiene como opción que el que es mejor no necesariamente gane”, declaró el estratega.
No le hizo el quite a una palabra que cuesta asimilar en el deporte. “Ha sido un fracaso porque estábamos en condiciones de obtener más de lo que obtuvimos. Ahora también no me parece justo no acompañar el análisis con un montón de otros aspectos positivos. No hay ninguna duda de que fue el mejor equipo del grupo”, añadió.
Pese al golpe, el DT fue ratificado por Julio Grondona, mandamás de la AFA. Con posterioridad, Bielsa alcanzó una final de Copa América (2004) y ganó el oro olímpico en Atenas. Y en medio de las Eliminatorias a Alemania 2006, dejó la banca argumentando “falta de energía”. Pero esa es otra historia.
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