El mejor once
Los jugadores de la UC dominan ampliamente, y con justa razón, la oncena más destacada del Torneo Nacional. Están también los que recién irrumpen en el primer plano de figuración y los que este año se revalorizaron.
Tras un campeonato dominado de principio a fin por Universidad Católica, resulta lógico que en el equipo ideal de 2019 destaquen muchos de los protagonistas de la temporada cruzada, algunos de los cuales también lo hicieron en 2018.
Matías Dituro. Sobriedad y grandes reflejos en el arco estudiantil. Dos temporadas consecutivas brillantes. Protagonizó grandes clásicos. De hecho, ante la U tuvo su mejor partido, con ocho salvadas. ¿Su mejor atajada? Aquel cabezazo ante Paredes en el Monumental, en la primera rueda, que pudo significar el 3-3.
Benjamín Kuscevic. Fue de más a menos durante este año producto de las lesiones que lo aquejaron. Sin embargo, cuando jugó, fue el mejor del fondo del bicampeón. Un gran tiempista y buen juego aéreo, el joven futbolista se destacó en una zaga que casi no tuvo errores a lo largo de la temporada.
Pablo Alvarado. Un gran líder futbolístico para un equipo con muchos jóvenes. Con mucho don de mando y buena pegada para salir jugando, el jugador formado en San Lorenzo repitió las buenas presentaciones de 2018. El valor más alto de una irregular campaña de Unión La Calera.
Valber Huerta. Llegó para ser una carta de reemplazo para los titulares Lanaro y Kuscevic, y terminó convirtiéndose en una pieza fija para Quinteros. Volvió a ser aquel zaguero fiero y con buena salida que insinuó en sus primeros años en la U. Incluso el DT lo ubicó como lateral.
Luciano Aued. El todocampista de la UC se convirtió en el cerebro del campeón. A ratos como interior, en otras como segundo volante central, siempre mostró el camino para atacar bien y defender mejor. Entiende el juego como pocos y eso lo hace insustituible en el equipo.
Gabriel Suazo. El gran hallazgo de Mario Salas en una temporada sin grandes luces de los albos. Gran presencia para recuperar y sobre todo para jugar con y sin balón. Le sumó, además, el gol a su repertorio, algo que se le había criticado en sus primeros años. Inolvidable su tanto ante la U en el Monumental.
Cristóbal Jorquera. Llegó en silencio después de estar 'desaparecido' en el fútbol europeo. Arrancó la temporada como suplente, pero tras la partida de Luis Jiménez a Medio Oriente tomó las riendas del sorprendente Palestino. Otro que, al igual que Huerta, se revalorizó mucho.
César Pinares. La UC apostó todo al mediocampista formado en Colo Colo y acertó un pleno. No solo le ganó la pulseada en la mitad de la cancha a Buonanotte, relegándolo a la banca todo el año, sino que terminó convirtiéndose en pieza clave del título. Pegada y recorrido, sus mejores virtudes en una temporada casi perfecta.
José Pedro Fuenzalida. El dueño de toda la banda derecha del bicampeón tuvo otra temporada de ensueño. A su enorme inteligencia táctica le volvió a sumar goles trascendentes ante los clásicos rivales. Su nivel lo devolvió a la Selección Nacional y hoy es, por lejos, el mejor jugador del medio local.
Edson Puch. Desequilibrio puro en la franja izquierda. Aunque tuvo varias lesiones que le quitaron regularidad, cuando estuvo disponible se convirtió en un jugador indescifrable para los marcadores. Le dio a la UC un plus en ataque que terminó ayudando a sus compañeros.
Lucas Passerini. Lo que más se le repochó en sus primeros meses en Palestino fue su poca efectividad ante el arco rival. Incluso en la Copa Libertadores. Pero de pronto, sin embargo, se le abrió el pórtico y se transformó en el goleador del fútbol chileno. Con mucha habilidad para aguantar el balón y con buenos movimientos sin la posesión, el ariete transandino fue el más letal y se ganó el derecho a soñar con mejores horizontes.
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