El mejor tenista de la historia: Qué le falta a Djokovic para adueñarse de este título

El título conseguido por el serbio en Roland Garros ha reactivado la interrogante sobre quién es el tenista más grande de todos los tiempos. Pese a que entre los fanáticos Roger y Rafa siguen siendo los favoritos, los números cada vez le dan más relevancia a Nole, quien tras asegurar su segundo Abierto de Francia quedó solo a un Slam de entrar al "Club de los 20".



Confeti, aplausos, flashes y Djokovic con el trofeo. Todo es celebración para el número uno y como no, si es que el serbio va a paso agigantado a convertirse en el jugador que más grandes ha levantado. Su victoria en París, la ciudad donde más ha sufrido, no solo trae anarquía a Roland Garros, sino que vuelve a detonar la discusión sobre quién será el mejor jugador de la historia. Una incógnita que en definitiva se aclarará cuando los tres super humanos se retiren, pero en la cual la figura de Novak cada día toma más fuerza.

Ya son 19 grandes. Uno menos que Federer y Nadal, los únicos tenistas que pueden pelearle el sitial de “GOAT” al de los Balcanes. Un tridente que define, y definirá por mucho tiempo, al tenis del siglo XXI. Nadie gana más que ellos (de los últimos 64 grandes, 55 han sido levantados por uno de los tres) y nadie parece acercárseles aún.

Pero sin dudas lo logrado en la tierra parisina por el número uno, hace más evidente la superioridad que ha conseguido implantar estos últimos años sobre sus rivales históricos. Nadie avanza a la velocidad de Nole en la carrera por los Slam, un factor, que aunque obvio por la edad de Roger (39) y el físico de Rafa, puede ser determinante en uno de los aspectos más importantes cuando se habla de quién será el mejor jugador de la historia. A comienzos de 2011 el nacido en Belgrado tenía solo un grande. El español nueve y el helvético 16.

Y es que los números cada día agrandan su silueta. Con su segundo título en Francia, logró transformarse en el primer jugador en la Era Abierta (desde 1968) en lograr ganar al menos dos veces cada Grand Slam. Roger no ha podido repetir el título en Roland Garros y Nadal celebró únicamente en Australia 2009. Solo Rod Laver y Roy Emerson lo habían logrado, pero antes del profesionalismo.

Un récord que demuestra la adaptabilidad del serbio. Pese a que Nadal siempre será el Rey de la Arcilla y Federer el monarca del césped, Djokovic continuamente ha encontrado la forma de vencerlos en sus superficies favoritas. Mientras que a “Rog” lo ha derrotado tres veces en la Catedral, incluida la recordada final de 2019, el suizo solo pudo derrotar al número uno en Australia, en su primer enfrentamiento, en un lejano 2007.

Rafa por su parte ha logrado mantener su paternidad en París, pero no de manera absoluta. Las derrotas de 2015 y 2021 ante el serbio serán de las más recordadas en la carrera del español. Si la situación la llevamos a la inversa, el de Manacor perdió las dos veces que jugó con Novak en Oceanía. Las finales de 2012 y 2019.

Con Djokovic las estadísticas nunca se terminan. Es el jugador que más semanas ha estado número uno (325 semanas), el único que ha ganado los nueve Masters 1000 (lo ha hecho al menos dos veces en cada uno) y el que más temporadas ha terminado en la cima del ranking (6). Además iguala con Federer como los tenistas con más temporadas ganando dos o más grandes (6).

Si el análisis se focaliza en los torneos más importantes (Grand Slams, Torneo de Maestros y Masters 1000) el resultado es el mismo. Nole 60 trofeos, Rafa 56 y Federer 54. Su única espina son los Juegos Olímpicos, donde Rafa (singles y dobles) y Roger (dobles) si consiguieron el oro.

Las estadísticas y los números apoyan la tesis de que Nole se mete de forma seria en la discusión sobre el mejor jugador de la historia. Su momento, sus logros y el dominio que ha logrado frente a sus rivales por el sitial, lo reafirman. Pese a eso, la voz popular sigue mirándolo por debajo de Nadal y Federer, algo que sin duda entrará en la ecuación para responder la pregunta del millón.

En la ceremonia de premiación en Francia, minutos después de vencer a Tsitsipas, el nuevo rey de la tierra dijo, “estoy muy orgulloso, contento, no quiero parar aquí”. Una frase simple pero elocuente. Demuestra su hambre. Entiende que su momento es ahora, que la puerta está abierta. Wimbledon está a la vuelta de la esquina y el “Club de los 20″ lo espera. Y con ello, más leña para el fuego.

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