El método español que busca formar el nuevo ADN del jugador de la U
La firma MBP School of Coaches Barcelona levanta un plan que promete enrielar el trabajo de la cantera estudiantil en un plazo de cinco años. Todas las categorías del club trabajarán en la misma línea.
En 2020, en época de plena pandemia, Manuel Mayo, por ese entonces subgerente del fútbol formativo y femenino de Universidad de Chile, comenzó a gestionar un proyecto que prometía levantar a las criticadas series menores del club laico. En la institución, de alguna manera, estaban la necesidad y urgencia de dar un golpe en las cadetes luego de años de sumar canteranos que no llegaban a destacar en el primer equipo.
Mayo puso en la mesa su aprendizaje de años. Ya bajo las órdenes de Ronald Fuentes, en su condición de ejecutivo de Azul Azul, en la temporada 2018, el hoy encargado del fútbol de la U pedía ser liberado durante meses de sus funciones, sin goces de sueldo, para poder capacitarse en Europa de cara al futuro. En uno de esos viajes, incluso, conoció a Xavier Tamarit, ayudante de Mauricio Pellegrino, quien resultó ser clave en la negociación para fichar al transandino.
En uno de estos cursos, Mayo conoció y posteriormente aplicó el Método Azul, que hoy tiene a cargo Sebastián Miranda. El ex técnico interino de la U se desempeña como jefe del fútbol formativo. “Quiero dejar claro que me vine a sumar a esta gran tarea, pues cuando me presentaron este plan -ideado por el gerente deportivo, Manuel Mayo-, me llamó mucho la atención y me sedujo”, asegura Miranda.
El proyecto comenzó a ejecutarse hace dos años cuando Mayo contactó a la empresa española MBP School of Coaches Barcelona para desarrollar un programa que fuera solo aplicable a la entidad estudiantil. Para ello, tomaron la base de lo que estaba haciendo Atlético Mineiro en Brasil, le agregaron elementos de clubes europeos y estudiaron todos los elementos que identifican a la Universidad de Chile. Hubo reuniones de los europeos vía Zoom con sus pares chilenos que trabajan en el CDA, también visitas en terreno. Y cada cierto tiempo se hacen presentes en La Cisterna para evaluar el trabajo que se está realizando.
“Es una enciclopedia personalizada al ADN que tiene el club y a partir de ahí, el primer paso es ver qué valores tiene, cómo quiere jugar y qué tipo de jugadores quieren desarrollar”, detalla el Business Manager de MBP, Thomas Vandenbussche.
A partir de ahí se debe tener una estructura y conocimiento de todas las categorías, para que los jugadores desde muy temprana edad comiencen a desarrollar estas características específicas. ¿Cuáles son? Lo primero que escuchan los que aspiran a jugar en los laicos es que en el corazón del equipo está el “orgullo, la pasión, el esfuerzo y la fidelidad”. A partir de ahí, se busca transformarlos en “incondicionales”.
“Estamos construyendo una cultura de alto rendimiento en el club, mediante un plan metodológico que da forma a nuestro sello de identidad futbolística”, dice el manual. “Queremos mejorar el rendimiento de los jugadores que lleguen a nuestra cantera”, agrega Miranda.
Cómo jugará Universidad de Chile
“La principal característica que tendrá un jugador de la U será la continuidad, porque los entrenadores y el club tendrán un modelo de juego muy específico. Por ejemplo, la categoría sub 13 podría jugar idéntico a la categoría sub 18, y eso es la clave para la formación”, enfatiza Vandenbussche.
Miranda aterriza estos conceptos. “El club definió un sistema como base y tenemos variantes. El principal dibujo táctico es 1-4-3-3, pero también definimos que debemos trabajar con el 1-4-2-3-1 y el 1-3-5-2, según sean las circunstancias del juego”, detalla.
Sin embargo, el posicionamiento no será la única clave que tendrán los nuevos lineamientos del club. También se trabajará en la selección según aspectos físicos. Se buscarán porteros que midan 1,85 metros o más, por ejemplo.
“El fútbol moderno te exige tener un arquero con estatura, pues se juega con muchos centros, y las características del volante central han cambiado muchísimo: es muy importante en la construcción del juego, en la salida del balón, en las coberturas, el orden táctico y debe ser el equilibrio en la defensa cuando el equipo está atacando”, especifica Miranda.
Luego entrega más pormenores en la búsqueda del gol, una de las grandes deudas de los azules durante los últimos años. “Al trabajar con este sistema, el 9 está mas cerca del arco, pues los extremos ocuparán la banda y buscarán sus servicios. Dentro de sus características están las acciones de finalización, el juego aéreo y sostener la pelota de espalda, para darle salida al equipo y permitirle asociarse en la reconversión”, proyecta.
Hombre a hombre, uno a uno
Otras de las principales características que tiene el Método Azul es que trabaja individualmente con cada uno de los elementos del equipo. No basa su éxito sólo en lo colectivo. “A partir de los 14 años, se está trabajando con todos los jugadores en el desarrollo de los fundamentos individuales para que se hagan una idea. Estas lecciones se basan en las situaciones tácticas más frecuentes que enfrenta un futbolista en el juego y les enseñamos cómo resolverlas. Esto lo hemos dividido en tres categorías: posición, línea y zona”, fundamenta Vandenbussche. Miranda complementa: “Hay un entrenamiento específico por puesto y eso está muy presente a nivel mundial, como por ejemplo, trabajar con los laterales en los momentos en que se debe defender y en los que se debe atacar”.
El trabajo también abarca a los técnicos que trabajan en la formación de los nuevos talentos. “Hay una inducción a los entrenadores del modelo y de cómo se deben planificar los entrenamientos. Pero esto no significa que hay que hacer lo que diga la empresa que nos asesoró, pues tenemos la capacidad de innovar siempre y cuando sea bajo los parámetros de este método”, aclara Miranda.
“La implementación del diseño del entrenamiento y lo relacionado directamente con lo que tenemos que hacer el día del partido se basa en el modelo de juego que queremos hacer en cada una de las fases (ofensiva, defensiva y transiciones) y en cada sector del campo”, agrega el ex técnico del primer equipo azul. Por lo mismo, el sucesor de Diego López tiene una excelente opinión de lo que han visto hasta ahora en este proceso. “Me pareció interesante, porque es la manera que me gusta el fútbol, porque me ayuda dentro de la planificación y a trabajar una metodología diaria, además de tener la oportunidad de desarrollar jugadores en distintas categorías, con las mismas características”.
Los plazos de implementación
“Como en todas las cosas del fútbol, sobre todo en lo formativo, estos son procesos que hay que respetar. Pese a ello, hoy el club tiene a Lucas Assadi, Dario Osorio, Daniel Navarrete, Agustín Arce, Cristian Pardo, Renato Cordero y Renato Huerta en el primer equipo. Debemos tener claro que no vamos a vender jugadores todos los años, pero alimentaremos al primer equipo y no solo irán a participar, sino a competir”, sintetiza Miranda.
Por lo mismo valora la planificación que se está realizando en esta materia. “La política deportiva va de la mano con el proyecto en el futbol formativo y creo que Manuel Mayo y Mauricio Pellegrino están muy cerca de ello, pues juegan de la misma manera y creen en los valores jóvenes”, sostiene.
En tanto, el representante de MBP es un poco más cauto con las expectativas. “El tiempo para ver los resultados es una pregunta bastante complicada, porque este proceso es de fútbol formativo. No obstante, si bien es un proyecto a largo plazo, al cuarto o quinto año ya se deberían ver resultados. ¿Cuáles? Entrenar con el primer equipo y competir: durante los entrenamientos y en la liga. Deben tener la posibilidad de llegar al primer equipo y a partir de ahí ganarse un lugar”, concluye.
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