Nervios para regalar. La tensión en el rostro de los jugadores desde que se asomaron por el túnel. Miedo. A equivocarse, a no tomar una buena decisión. Temor a perder. Un partido por la vida, con la muerte respirando en la nuca. Eso se vivió en Valparaíso, en el duelo de apremiados que juntó a Universidad de Chile y O’Higgins. Difícil encontrar buen fútbol cuando hay tanto terror sobre una cancha. El atractivo no estaba en el juego, sino en el morbo de ver quién caía primero. El escenario perfecto para el aburrido cero a cero de Valparaíso.

O’Higgins intentó marcar la pauta en los primeros 15 minutos. Presionando a la U casi en su propia área. Con su equipo corriendo a 100 por hora, siempre encima de los volantes contrarios para que no recibieran tranquilos ni tuvieran tiempo de girar. El local se vio sorprendido. Atosigado. Le costó hilar tres pases seguidos, mientras que Fernando De Paul se lucía ante los intentos de Rozas y Muñoz. A duras penas, los azules se sacudieron la presión. Y con muy poco, empezaron a instalarse cerca del arco del Oso Sánchez. Sin claridad para generar peligro, eso sí. Ni siquiera buenas intenciones, solo balonazos para que Larrivey o Junior Fernandes la pelearan arriba.

En medio de todo el enredo, Marcelo Cañete, el mejor dentro de todo lo malo de la U (o el más deseoso de tener la pelota, al menos), le metió un pase gol a Junior. Frente a frente con el portero, el delantero lo eludió y, con arco vacío, no dio con los palos. Todos los estudiantiles se agarraron la cara. Increíble. Ninguna buena. Más nervios, más preocupación. Más ambiente fúnebre.

Eso fue todo lo interesante del primer tiempo. El resto, sufrir con dos equipos que se anulaban en su falta de precisión y pocas ideas. Al filo ambos. Pisando huevos para no equivocarse.

En el complemento, la sensación de miedo creció. Los laterales clavados en la defensa, con prohibición de descuidar la retaguardia. Mucho enredo, muchas pelotas mal entregadas. Poco para contar, salvo un remate de zurda de Cañete. Un cúmulo de pierna fuerte, barridas y faltas. Despejes a lo que salga, para sacarse de encima la presión. Ningún valiente que quisiera tomar la esférica para darle algo de fútbol a la batalla. Pavor por buscar algo distinto, mensaje que también llegó desde la banca de la U, donde Romero no hizo nada por buscar el triunfo tan necesario para su club.

Poca acción en las áreas. Un partido demasiado chato, que algo mejoró para los dueños de casa con el ingreso de Pablo Aránguiz (qué bueno que volvió a jugar después del bochorno en Rancagua y las amenazas en su contra), quien ocupó el lugar de Junior, quien jugó varios minutos sin merecerlo. Instalado por la izquierda le dio algo más de vértigo a su elenco, sin ser brillante, en todo caso. Una pizca de intención, nada más, pero en medio de tanta mediocridad, se agradeció igual. También entró Thomas Rodríguez, por un asunto testimonial, quizás, porque no tuvo minutos ni ganas para hacerse notar.

Otra vez, Larrivey aislado, sin recibir un pase con ventaja. El cañorero de los laicos, lamentablemente, no tiene el fútbol para armarse una jugada de peligro por su cuenta. Necesita ser asistido y nunca recibió ese beneficio.

La calculadora también entró a la cancha, porque el punto le servía a la U para salir de la zona de promoción. Tan apretada está la tabla, que con la miserable unidad, por ahora se salva de todo por diferencia de goles, pensando en el próximo partido ante Cobresal, en El Salvador. Pero no es para celebrar, en ningún caso. La escuadra del chuncho sigue sin ganar. Ya son 11 partidos, en los que apenas suma dos empates. Un martirio para jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y los hinchas, esos hinchas que hoy sufren y lloran cada vez que su equipo está en la cancha. Y eso, aparentemente, no va a cambiar hasta el último minuto de este campeonato.


FICHA DEL PARTIDO

U. de Chile 0: De Paul; Barrios, González, Arias, Carrasco; Espinoza, Galani, Sandoval (88′, Rodríguez); Cañete (73′, Cañete); Fernandes (72′, Luján), Larrivey. DT: Romero.

O’Higgins 0: Sánchez; Hormazábal, Torrealba, Osorio, Díaz; Rozas (63′, Meneses), Castillo (46′, Márquez), Fernández, Sepúlveda; Castro (63′, Arancibia), Muñoz (85′, González). DT: Ramírez.

Goles: -

Árbitro: Benjamín Saravia. Amonestó a Barrios, Rodríguez (U); Castillo, Díaz (OH).

Estadio Elías Figueroa de Valparaíso: sin público.

En cursiva, jugador juvenil.


TABLA DE POSICIONES