Las últimas horas de Edmundo Valladares como presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo han sido intensas. Al timonel saliente le correspondió oficiar como anfitrión en el homenaje a Carlos Caszely, uno de los máximos ídolos históricos del club de Macul, quien, desde ahora, cuenta con una estatua en el ingreso al estadio Monumental. La ceremonia estuvo marcada por la emoción de El Rey del Metro Cuadrado.
Sin embargo, ese no es el único legado que dejará la gestión al mando de la entidad matriz del Cacique. Al margen del aporte que realizó cuando estuvo a cargo de Blanco y Negro, hay otra obra que puede inmortalizarlo en la historia de la institución: el proyecto inmobiliario más ambicioso que ha emprendido la corporación desde que fuera declarada en quiebra, a comienzos de 2002: el Club Social y Deportivo Colo Colo mantiene avanzadas gestiones para la compra de un terreno que se destinará a la concreción de un centro recreacional para sus afiliados y que promete dotarlos de espacios de reunión.
“La idea nace de poder buscar nuevos espacios para los socios y socias. Después de la concesión de Blanco y Negro el tejido social del club se fue dañando de forma importante. Hemos tenido un renacer. Llegamos a un peak de 80 mil socios, tenemos ramas funcionando y compitiendo. Sentíamos que necesitábamos un espacio para poder reencontrarnos”, grafica Valladares respecto de la motivación que impulsa la iniciativa.
“Desde que remataron la sede de Cienfuegos que no lo había. Es sumamente simbólico dejar avanzado, proyectado este sueño colocolino. Está pensando en un lugar de reunión, de encuentro, de práctica deportiva. Queremos brindar un gran espacio y abrirnos paso como las grandes instituciones de Sudamérica. Hemos conocido las instalaciones de River Plate, de Estudiantes, de Rosario Central, de Palmeiras. Hay muchas referencias. Está basado en experiencias que hemos ido acumulando. Son instituciones potentes, que tienen actividad y resultados en todas sus ramas. Nos faltaba dar este paso en el cual nuestra gente, los trabajadores y los deportistas puedan hacer vida de club. Acá ese concepto no se desarrolla completamente. Nosotros queremos conseguirlo”, insiste.
En El Noviciado
El paño está ubicado en El Noviciado, en Colina. Adquirirlo implicará una inversión de $ 300 millones, que se financiará con los ahorros que ha conseguido la entidad a partir del aumento en la cantidad de socios al día. Hoy, la cifra supera los 38 mil afiliados en esa condición, aunque durante el año alcanzó topes cercanos a los 70 mil. Cada socio del Cacique aporta, en promedio, tres mil pesos mensuales. A esa cifra hay que agregar otros $ 250 millones en estudios de ingeniería y permisos.
El terreno consta de 4,5 hectáreas, un espacio suficiente para concretar el sueño albo: un centro recreacional de primer nivel, que cuente con canchas de fútbol, multicanchas, piscinas, quinchos y un salón de eventos. El último espacio es relevante incluso para la gestión, pues puede servir perfectamente para que se desarrolle alguna de las asambleas que contempla la convivencia institucional.
Para el anuncio faltan, eso sí, algunos trámites protocolares a nivel de gobierno y uno fundamental: un documento de buena fe de parte de Blanco y Negro en el sentido de que la propiedad y la puesta en funcionamiento del proyecto no se contraponen con lo dispuesto en el contrato de concesión.
Después de adquirir el terreno y de afinar todos los aspectos legales, el club albo invertirá entre $ 300 y $ 350 millones más para la realización de las obras, que implicarán espacios deportivos y de fraternidad.
Todas las cifras fueron aprobadas por la asamblea de socios del club.