Thomas Galdames fue uno de los jugadores que vivió una jornada complicada ante Brasil. El lateral se vio sobrepasado con el ataque del Scratch, incluso fue amonestado y sustituido. Su actuación le valió varias recriminaciones. Por ejemplo, Ricardo Gareca lo retaba constantemente. El técnico lo llamaba para hablarle de cerca, pero también le gritaba. Cuando el primer tiempo finalizaba y llegó el empate de la canarinha, el gesto fue de resignación. La jugada había sido gestada por el sector donde defendía el formado en Unión Española.
Cuando el plantel ya se dirigía a los vestuarios, fue Eduardo Vargas quien encaró a su compañero. Turboman habló con el árbitro, reclamando por la caída de Diego Valdés que fue reclamada como penal, y luego se fue contra Galdames. El zaguero solo atinó a taparse la cara con su camiseta.
Tras la derrota, el entrenador de la Roja abordó la situación anímica del plantel. “Su confianza está puesta en los jugadores que dirige. “Primero hay que ver cómo se recuperan los muchachos. Creo que anímicamente el jugador chileno es muy fuerte. No se cree menos que nadie. Está para un nuevo desafío. No es derrotista, al contrario. Es un golpe duro. Hoy no podemos festejar nada más allá de la actitud y de la multitud que nos acompañó y nos apoyó. La gente no es de apoyar por apoyar. Reconoce a quienes dejaron todo en el campo de juego. Eso lo palpé yo, lo palparon ustedes. Es un buen síntoma. Es importante que entrenemos en vínculo con la gente. Para eso es importante sacar un buen resultado en Barranquilla. Yo creo que lo podemos lograr, independiente del nivel de Colombia en estos momentos”, dijo.
Finalmente, no baja los brazos en las Eliminatorias, pese al momento desalentador. “Yo tengo fe. Necesitamos una buena racha, hilvanar triunfos. No estamos ligando nada. Todavía queda margen. Yo siento que todavía queda margen. Por eso no pienso… solo pienso en una meta inmediata, partido tras partido. Y, después aunque no me gusta justificar, nos ha costado repetir formaciones, dar una continuidad a algo, porque hubo cambios muy recurrentes, no por una iniciativa del cuerpo técnico. Las modificaciones se han producido por suspensiones, lesiones. No porque esté en lo nuestro cambiar, rotar. Las circunstancias hicieron que no pudiéramos sostener algo permanente. Han surgido figuras nuevas, valores nuevos, muchachos en quien confiar, en ampliar el abanico. No poder sostener un equipo nos ha llevado a ver otros jugadores y ha ampliado el espectro de convocatoria. También es algo bueno. Nos permite ver jugadores, que agarren experiencia. Eso tiene un valor”, sentenció.