El mundo en un pañuelo
Finaliza la fase de grupos donde nadie engrupió a nadie. Todos, salvo raras excepciones, jugaron sus fichas. Partidos atractivos, donde la emoción le ganó a la especulación. Mundiales anteriores mostraban selecciones tacañas, indiferentes a dar espectáculo. Casi todos perseguían el resultado mezquino del cálculo matemático. Las selecciones mostraban evidentes estilos. Inglaterra y su fútbol vertical con lluvia de centros; Alemania y su temida fortaleza teutona; Francia y su elegante fútbol de vitrinas; España crecía y dudaba entre la furia roja o la técnica; Italia y su predilección por el fútbol antiestético y resultadista.
Los demás, como Bélgica y Portugal, se esmeraban por salir de la marginalidad. Se desmembraban países y surgieron otros potentes como Croacia y Serbia. La Unión Soviética comunista y potente de los años 70 se derrumbaba con la modernidad y el capitalismo. Hoy la Rusia futbolística es un remedo de aquellos años.
Lo que viene. Países europeos que se encariñan con el balón para cuidarlo hasta en zonas de riesgo. Las graníticas Suecia y Dinamarca pueden salir con su domingo siete y Suiza es un enigma. Polonia exhibió un fútbol deslavado como su piel.
El colectivismo asiático de Japón y Corea del Sur no da para soñar. Irán, Egipto y Arabia Saudita avanzan lentos como camellos. Y los africanos de Senegal, Nigeria, Túnez y Marruecos van por buena senda.
Sorprende Islandia y su fútbol emergente, no así Australia estancada por los años. La goleada Panamá paga los platos rotos, Costa Rica es insulsa y México es de temer.
Uruguay y Brasil muestran sus colmillos, Argentina resucita y Colombia tiene algo que decir. Muestran sus joyas que son Súarez, Neymar, Messi y James. Perú regresa con la frente en alto como el sol incaico.
La globalización ha homogeneizado los modelos de juego, preparación técnica y física con inmigrantes incluidos. Ya nadie sorprende a nadie. En esta aldea todos se conocen. Como buenos vecinos se saludan gentilmente. Hasta que alguien, como los surcoreanos, hacen la desconocida y envían a los alemanes a verlo por TV con un shop en la mano.
Se perfilan favoritos y comienzan con B: Brasil y Bélgica. Uruguay y Francia muestran sus credenciales. Portugal y España tienen clase y experiencia. Croacia puede caer de la piñata como la gran sorpresa.
Dicen que ahora comienza el Mundial de verdad. ¿Acaso lo pasado hasta ahora fue parte de un reality? No lo creo.
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