Sergio Markarián está inquieto por la U. El técnico uruguayo conserva el vínculo que generó en su paso por el equipo laico al que, en corto tiempo, le dejó una herencia imborrable: el título en el Apertura de 2009, que rompía varios años de sequía y que llegaba justamente en tiempos en que el club intentaba recomponerse de un período crítico a nivel institucional, que había incluido la quiebra.
El ex seleccionador peruano está al tanto del complejo momento que viven los estudiantiles, que otra vez merodean la zona de descenso. Sin embargo, mantiene la esperanza de que puedan revertirlo tal como lo consiguieron cuando tenía a su cargo las decisiones deportivas. “En ese momento había una situación deportiva que no era buena, en lo económico y criticas a la institución. Corregimos y enfrentamos en poco tiempo el compromiso de clasificar a una copa”, recuerda, respecto de la primera parte de su gestión, en declaraciones a Directv Sports.
El estratega confía en que su compatriota Diego López encontrará el camino para la salvación. “Mi mayor deseo es que salgan adelante y no pasen por la amargura de un descenso (…) No hay que defender el estilo sobre la táctica”, dice, en principio, respecto de la prioridad que el equipo azul debe plantearse en los encuentros. Y luego, apoya directamente al actual entrenador. “Diego López tiene la capacidad para sacar a Universidad de Chile de esta posición”, añade, sin vacilar.
Una U ganadora
Markarián se remonta luego a la época en que comandó el camarín universitario. Y marca las diferencias. ““La U tenía mística y conciencia de que éramos un equipo grande. Teníamos jugadores decisivos, como Walter Montillo. Hubo un aporte de jugadores que tenían conciencia de donde estaban y de dar vuelta una historia reciente que era mala”, compara.
En ese sentido, extrapolando el ejemplo a la situación actual, propone un camino para mejorar. “Yo creo que si se trabaja mal hay que corregir. Analizar los recursos económicos y humanos. No sólo pensar en dirigir en un mes o dos y ganar un par de partidos, sino un año o dos. Si las cosas se hacen medianamente bien, se puede tener éxito”, analiza, en un claro mensaje que apunta a los constantes cambios que ha experimentado la banca azul en los últimos años.