Joseph Cherkashyn se quedó este fin de semana con el título chileno de peso medio (72,5 kilos) tras vencer en un combate a 10 rounds al iquiqueño Octavio Faúndez, en el Gimnasio Gabriela de Puente Alto. La decisión favoreció de forma unánime al pugilista local por 99-89. El Ruso, como es conocido en el mundo del deporte, cuenta con una importante trayectoria, donde fue quinto en los Panamericanos de Toronto 2015, y a los 30 años vuelve a los primeros planos.
El oriundo de la Población El Volcán 1 obtuvo el primer título profesional de su carrera y estiró su invicto a 8-0, con tres KO, por lo que se ilusiona con el futuro. “Siempre me tocó se visita a lo largo de mi carrera. Por eso, estoy muy feliz del apoyo de mi gente. El gimnasio se llenó y fue una tremenda hazaña dejar el título en casa”, cuenta el púgil, quien es monitor del taller municipal de la comuna. “Estoy muy agradecido del apoyo de la Corporación de Deportes y del alcalde German Codina por el constante apoyo a mi carrera y de apoyar tal evento”, cuenta.
De hecho, en esa misma velada se realizó la Copa Desafío Puente Alto, en la rama amateur, donde sus alumnos se subieron al ring. “Trabajo ayudando al desarrollo deportivo y personal de los muchachos y todos ganaron sus combates. Así que fue una noche redonda”, detalla, orgulloso.
“Ha sido un camino muy largo llevo 13 años peleando y representando a Chile y a mi comuna a lo largo del país y del mundo, La verdad sin el boxeo no sé qué sería de mí. Espero pronto poder subirme nuevamente al ring y discutir algún cinturón ya de carácter internacional, ojalá en mi Puente Alto amado”, proyecta.
Desciendente de ruso y alemana, la familia del deportista recaló en Bajos de Mena, donde la realidad siempre ha sido muy compleja. “La verdad es que tuve una infancia dura, pero esa infancia me dio la base y las herramientas para poder enfrentar este deporte tan difícil en el que estoy ahora. El Volcán siempre ha estado asociado a la delincuencia, a la droga, a todas las cosas malas de la vida, pero yo aquí he encontrado gente de verdad. Si yo no estuve metido alguna vez en todas esas cosas es gracias al deporte”, contaba hace algunos años en una entrevista con El Deportivo.
En esos años, a fines de los 90, le tocó enfrentar la dura realidad de las casas Copeva, en un entorno de hacinamiento. “Toda la gente conoce las casas Copeva. Yo vivía en ese tiempo acá en el Volcán, y todavía recuerdo cuando mi vieja iba a buscar los plásticos para ponerlos en la muralla y que no se mojara la casa”, recordaba en dicha conversación.
Tras pelear como amateur, cambió esa condición hace cuatro años. “Me hice profesional en 2018, pero nos vimos afectados por la pandemia y no podíamos pelear, ya que no se hacían eventos deportivos”, explica el deportista, que hoy apunta a buscar la posibilidad de aspirar algún cetro internacional. Mientras tanto se mantiene entrenando en su gimnasio, el Pura Vida Boxing Club, a la espera de una nueva oportunidad de crecimiento.