El triunfo del domingo de los Crailsheim Merlins sobre el Trier confirmaba la alegría. En cancha, un emocionado Sebastián Herrera (20), de 1,93 de altura, veía como el sueño que viajó a buscar hace cuatro años se hacía realidad. A su vez, el básquetbol chileno inscribía a su primer representante en la Bundesliga, la primera división de Alemania, una de las ligas más importantes de Europa. Aunque aún le falta jugar la final y definir al campeón de la segunda categoría, el escolta nacional tiene asegurada su participación en la próxima serie de honor teutona.

"Tengo contrato por un año más, seguiré en la plantilla que subió. Obviamente estoy muy feliz. Es lo que estaba deseando, por eso me cambié de equipo. Acá tenían la convicción de subir y se pusieron con la plata para eso. Tenían una convicción grande y todo funcionó", comenta Herrera en diálogo con La Tercera.

Es que el ex Osorno ha tenido un rol protagónico en el logro de los Merlins. Fue parte del quinteto inicial toda la temporada y sus números le confirman un buen valor. "Me siento con mucho orgullo, ya que con 20 años tener ese rol es algo súper importante. Lo tomo como una oportunidad ya que me puedo mostrar y demostrar lo que puedo hacer", explica. Antes de las finales de este viernes y domingo, Herrera registra 36 partidos, promediando 8,3 puntos y 22'56". "Me ven como un joven energético que trata de ayudar en todo lo que puede", añade.

El chileno llegó a Europa a jugar por el Römerstrom Gladiators Trier, justo ante quien consiguió el ascenso. Dentro de la cancha se considera un jugador completo, "de hacer de todo un poco". Sin embargo su principal talento, considera, es la perseverancia. Y en una liga muy distinta a la chilena: "Me fui de la casa, no entendía el idioma, me encontré con personas extrañas. Pero si el basquet te gusta te va a importar eso y no las dificultades fuera de la cancha. Es muy mental, porque físicamente siempre se mejora, hay que tener la cabeza fría".

A pesar de estar lejos de Chile, su cercanía con el país sigue intacta. Comenta que estará en junio, cuando la selección enfrente a Colombia y Venezuela en el Coliseo de Valdivia, cerrando la primera fase de las clasificatorias a China 2019. De ganar, se asegura avanzar a la segunda etapa y estar más cerca del Mundial.

"Hablé con Claudio Jorquera y espero que no haya cambiado de opinión. Me han seguido bastante, en la liga que juego también. Y como ya jugué en noviembre, ya me conocen", indica el escolta. Y agrega: "Si mantenemos la intensidad en los 40 minutos y no no salimos del plan, todo es posible; podemos clasificar".

Así también, reconoce a la distancia las falencias del básquetbol chileno y lo compara con la liga donde se desempeña. "Me duele decirlo, pero está lejos", comenta con nostalgia. "Deberíamos tener más divisiones y equipos para darle oportunidad a otros jugadores para que se consoliden", complementa.

Por ahora, Herrera se enfoca en terminar la buena temporada que lleva, en llevar a Chile al Mundial y en ser campeón con los Merlins. Eso sí, ya hizo historia, será un colono chileno en la mejor liga alemana.