Se fue convirtiendo en uno de los jugadores clave en Las Ánimas, el equipo valdiviano que hoy busca cerrar la serie ante Los Leones en el quinto juego de las finales de la Liga Nacional de Básquetbol y levantar la primera copa de su historia. Diego Low, de 20 años, sorprendió por su constancia, con solidez defensiva en las finales del Sur y como titular en un plantel amplio. Es la juventud dentro de un quinteto consolidado.
Su aporte es, para el espectador común, discreto, pues no se caracteriza por manejar al equipo como Morales o de ser un anotador como Robinson, sin embargo, de jugar en contra, sería el encargado de defenderlos. Esa es su misión, la que le encarga Jorge Luis Álvarez y en la que se siente cómodo.
"Es un trabajo difícil, pero sé que es parte fundamental del equipo y se necesitan todas las piezas para funcionar. Si eso me hace jugar más, siempre lo voy a hacer", explica el alero.
Diego comenzó a jugar a los nueve años en Ancud, de donde proviene, pero cuenta que se apasionó años después, cuando llegaron los triunfos. Fue campeón de la Libsur en categoría mini con los celestes, luego en Sub 16 y Sub 17 con Puerto Varas, con quienes también ganó la Liga Saesa en 2015. En 2016 fue incorporado definitivamente a Las Ánimas, antes los había reforzado como juvenil durante el segundo semestre de 2014.
Con la selección chilena estuvo en el Sudamericano Sub 15 de 2012 y en el Panamericano de 2013, además de jugar un Mundial por invitación en Alemania, el 2014.
Pese al futuro deportivo que le espera, Low está en búsqueda de otro título. Uno que no se lo dan los puntos ni los rebotes. Además de estar a una victoria de ser campeón nacional en el básquetbol, está en primer año de piscología en la Universidad Austral, consciente de lo difícil que es ser deportista profesional en Chile y animado por la presión familiar que le pide estudiar.
"Uno quiere seguir su sueño de jugar, de hacer lo que más le apasiona y gusta, pero también está la otra presión. Mi familia me apoya, pero también está la presión de tener que sacar un carrera", comenta. Y argumenta: "En Chile dicen que no se puede vivir del básquet o que si no te vas al extranjero es más complicado todavía".
Eligió la psicología y espera enfocarla en el deporte. Dice querer ayudar a jóvenes que pasaron por su mismo proceso, donde la incertidumbre entre dedicarse al alto rendimiento o estudiar está latente. "Siempre me ha llamado la atención la carrera, hace falta. Me gustaría ayudar a muchos jóvenes deportistas que están en un proceso y que pueden sentirse perdidos como yo mismo me sentí", dice el 13 animeño.
Pese a su juventud dentro de un deporte que admite la longevidad, el ancuditano se siente cómodo dentro de un plantel con valores de renombre y aprende día a día de sus referentes. "Todos tienen algo que aportar. Franco Morales, por ejemplo, es un gran jugador que no se achica con nada, o Julius Holt, que lo he visto de chico y tiene una forma de jugar que me gusta. Siempre intento imitar a los jugadores que admiro y sacar de todo un poco", cuenta.
Hoy, el animeño Low junto a su equipo intentará cerrar la serie ante Los Leones, a quienes reconoce como "un equipo fuerte con mucha capacidad ofensiva", en la primera final nacional para el ancuditano veinteañero.