El Betis gana 0-2 ante Osasuna y le da un respiro a Manuel Pellegrini. En la cancha no está Claudio Bravo. El meta chileno no volverá a jugar hasta enero. En el partido frente al Athletic de hace 15 días sufrió una distensión en el recto anterior de la pierna derecha. “Tuvo un problema al golpear su primer balón. Jugó con ciertas molestias y los exámenes determinaron que tenía una lesión muscular”, declaró el Ingeniero en la antesala del choque, otro de los que formará parte del recuento de ausencias del golero este año. Ya suma cinco (más dos con la Roja).

Desde su llegada al club andaluz, el vilucano se ha transformado en un paciente habitual de la clínica. A fines de septiembre, una distensión de ligamentos en la rodilla izquierda lo llevó a perderse tres partidos de la liga española (Real Madrid, el Getafe y el Valencia). Los verdiblancos, que lo ficharon después de un inestable paso por el City como garantía de seguridad, perdieron los dos primeros, aunque consiguieron un triunfo en Mestalla. En las caídas, Joel Robles, su reemplazante, encajó seis goles.

En ese lapso, la Selección también pagó las consecuencias, pues el histórico portero de la Roja no pudo jugar frente a Uruguay ni ante Colombia, en el inicio de las Eliminatorias. En ese proceso, recién pudo estrenarse en la victoria sobre Perú y también en la histórica caída en Venezuela.

La sumatoria de los encuentros del Betis y de la Roja permite concluir que Bravo se ha perdido el 43,7 por ciento de los duelos. Una cifra que crecerá, todavía sin certeza. Depende, naturalmente, de lo que tarde la rehabilitación.

¿Qué ha hecho tan vulnerable al golero de 37 años? ¿Por qué se lesiona tanto en un puesto que no acostumbra a tener grandes percances? Los especialistas, pese a la propensión, se inclinan por la tesis de la casualidad. “La veteranía no tiene nada que ver. Si es un desgarro es un evento traumático, respuesta a una situación específica. Puede ocurrir a cualquier edad. Lo mismo en la lesión de rodilla. No es la edad lo que determina la propensión. Hay que saber distinguir entre las lesiones traumáticas y las degenerativas, como la artrosis, que sí tienen que ver con eso”, establece el traumatólogo Alejandro Orizola.

“Es un evento de juego bastante habitual en los arcos. En el saque de meta implica una exigencia importante. Y más si es el primero. Pero sigue siendo una situación específica”, añade el médico, de amplia experiencia en Universidad de Chile, en el equipo chileno de Copa Davis y en el COCh. Lo cierto es que todos los arqueros del mundo sacan de puerta y no se lesionan tanto.

Manuel Astorga, preparador físico que tuvo a su cargo a Bravo en Colo Colo, afirma: “Una lesión muscular está dentro de las coyunturas que puede enfrentar un deportista. Conociendo a Claudio, puedo afirmar que siempre se entrena al más alto nivel. Su lesión es un infortunio”.

El historial de dolencias de Bravo en su carrera internacional, cuando llegó al fútbol de exigencia, considera 12 episodios de distinta magnitud. Un total de 81 partidos de club perdidos por esa culpa desde que dejó Chile, a los que hay que sumar los que dejó por jugar con la Roja. Una propensión que fue a más con la veteranía.

De hecho, es en su última estación donde dejó su ausencia más prolongada: 226 días que debió esperar para restablecerse de la rotura del tendón de Aquiles de la pierna izquierda, que sufrió en agosto de 2018, cuando pertenecía al Manchester City. Esa vez, se perdió 49 encuentros. En 2017, un desgarro lo había marginado por otros 57 días. En el Barcelona se lesionó más que en la Real.

Cifras que hablan de un considerable parte médico que está reproduciendo en el Betis, donde ha pasado lesionado la mitad del tiempo que ha podido jugar. Los expertos sentencian que solo es cosa de mala suerte.