El brillante partido de Arturo Vidal, empañado por dos errores groseros de sus compañeros. No importó cuánto corrió, ni todas las pelotas que quitó, mucho menos los pases claves que dio: el Inter de Milán cayó ante el Milán en una nueva versión del Derby della Madonnina. Un 1-2 en contra que tuvo como gran figura a Zlatan Ibrahimovic, el autodenominado Benjamin Button, que convirtió el doblete que deja al Milan líder de la Serie A, mientras que a su archirrival lo manda a la sexta posición.
El inagotable delantero sueco resolvió el derby temprano. Dos fallas tanto en ataque como en defensa permitieron que Ibrahimovic hiciera uso de su inmensa calidad para dejar en el suelo a un cuadro neroazzurro que parecía no saber dónde estaba parado. Los dirigidos de Antonio Conte aún se estaban desperezando cuando el Milan, a puro contragolpe, sentenciaba el compromiso.
Fue a los 13′ cuando la velocidad de Ibra sorprendió a la zaga del Inter. Ganó en velocidad, alcanzó el área, y tras un juego de pies recibió un patadón de Kolarov cuando el peligro aún no era inminente. Un penal regalado por el serbio que Zlatan se encargó de convertir en doble instancia, luego de que Handanovic detuviese el remate inicial.
Un mazazo abrumador que conmocionó a todos los jugadores del Inter, principalmente a Perisic. Es la única explicación a su fallida jugada individual, a su incapacidad para ceder el balón cuando la posibilidad de éxito para su patriada eran mínimas. Su egoísmo resultó en una pérdida de pelota, en un nuevo contragolpe, en un exquisito centro de Leao, y en otro golazo de Ibrahimovic. Era el minuto 16′ y los de Conte ya caían por 2-0.
El croata se redimió con un descuelgue por la izquierda y un centro para Lukaku, quien no falló frente al arco en área chica. El descuento despertó a los neroazzurro, quienes se apoderaron de la pelota para ir en busca del empate. El Milan, en tanto, acaudillados por el veterano Ibrahimovic, aguardaba por el contragolpe para arañar cualquier posibilidad de sellar el partido.
Fue durante estos pasajes donde la mejor versión de Vidal apareció. Con un esfuerzo encomiable en la mitad de cancha, el Rey se volvió indispensable tanto en la cobertura como en la creación de juego. Incluso se permitió asistir exquisitamente Hakimi, pero este desperdició el pase con un cabezazo desviado. El de San Joaquín completó un 86% de pases precisos y cuatro intercepciones, todo en 83 minutos jugados. Y es que a falta de siete para el final fue sustituido por Alexis Sánchez, quien no pudo cambiar el destino del partido.