El partido más complicado de Marco Cornez, ex arquero de la UC y la Selección: “Lo vi mal, pero su figura alegre y su forma de ser las refleja incluso en su enfermedad”
Los últimos días han sido complicados para el guardameta, pionero en la ejecución de balones detenidos en el fútbol chileno considerando su posición en el campo. Un cáncer gástrico lo mantiene en tratamiento hace varios meses. En la última semana, la agresividad de la enfermedad obligó a internarlo un par de veces.
Marco Cornez está disputando el partido más duro de su vida. El exguardameta, quien consiguió dos títulos con Universidad Católica, uno más con Palestino y defendió a la Selección, lucha contra un cáncer al estómago en fase IV, un diagnóstico que, de por sí, resulta demoledor. En octubre del año pasado, se refirió por primera vez al padecimiento. Esa vez, advirtió que pondría todo su esfuerzo para vencer a la enfermedad, tal como lo hizo frente a los rivales más linajudos que enfrentó. “Es un partido difícil que me toca jugar, dentro de tantos años que he estado involucrado en la actividad deportiva. He vivido prácticamente cinco décadas ligado al fútbol, desde mi inicio en las infantiles. Siempre lo he tomado como desafíos que son por ciclos. Estoy pasando por un momento bastante delicado de salud, pero con una fortaleza que me da el fútbol. El fútbol te permite luchar contra los rivales, trabajar semana a semana para los desafíos importantes. Estoy muy contento por el apoyo, fundamentalmente de mi familia. Tengo que decir que tengo tres hijos maravillosos, incluyendo también a Nicolás Córdova, que también ha sido importante en este apoyo”, declaró en El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo.
El avance de la enfermedad ha sido rápido. En la última semana, El Emperador, como era apodado en su carrera deportiva, tuvo que ser internado en dos ocasiones en la Clínica Alemana para hacer frente a los dolores que padece. Fue devuelto a su hogar, pero su condición sigue siendo de cuidado. Presenta un par de perforaciones en el estómago y metástasis en la columna. Su entorno se inquieta e incluso cambia la planificación de sus actividades. De hecho, ya no estaba ejerciendo como preparador de arqueros de Santiago City, que compite en Tercera B. Ahora, el matrimonio de uno de sus hijos fue adelantado para que pueda participar de la significativa ceremonia.
Preocupación cruzada
En la entrevista de octubre, el arquero más goleador de la historia del fútbol chileno agradeció el respaldo que ha recibido de quienes fueron sus colegas. La lista es interminable. “Hay mucha gente involucrada, pero quiero resaltar a gente importante, que hizo el peso, el aporte, como René Valenzuela, un amigo de toda la vida, o el Arica Hurtado. Fuimos los líderes que llevamos a Católica a estos cambios lindos. Quiero graficar en ellos el apoyo incondicional de estos planteles. Y también quiero resaltar el apoyo fundamental de la gente de Colo Colo. Con Lizardo Garrido, Raúl Ormeño, Roberto Rojas, Chupete Hormazábal, Fernando Astengo. Me han llamado. Me dicen que nosotros no somos rivales, sino amigos. Jugábamos partidos que eran a muerte, pero después aparece la amistad. Entonces, esas cosas son las importantes. También Bernabé Vargas, la gente de la U, Luis Marín, del Sifup. Hay mucha gente, entrenadores que me dan ese apoyo incondicional y fuerte. Los de la ANFA, como el Pollo Véliz, Clavito Godoy y Braulio Arenas y mi amigo Martín Hoces. Estoy rodeado por gente que me quiere. Me siento respaldado y lucho porque ellos me piden luchar. Estoy con una moral tremenda. Tengo para rato”, decía.
Hoy, esos mismos afectos siguen preocupados de su evolución, pero a mayor distancia. Al exgolero, siempre abierto al diálogo, ahora solo le pasan los llamados indispensables, de los más cercanos. Hurtado, de hecho, pudo verlo en la clínica y constatar la compleja condición en que se encuentra. “Lo vi mal, pero su figura alegre y su forma de ser las incluso las refleja en su enfermedad. Un gallo alegre, tirador para arriba. Marco fue siempre alegría. Un tipo positivo, con 2.800 historias, ninguna fome, y eso lo transformaba en un tipo que aglutinaba. Un gallo positivo, de una simpatía enorme. Qué decir de cuando se juntaba con su compadre, el Negro Valenzuela. Marco es enorme, generoso. De hecho, ahora, uno lo ve ahí y es él que nos tira para arriba a nosotros. Nos agradece, trata de arreglar los conflictos que hay. Yo estuve ahora, hace tres o cuatro días con él. Me decía “Ariquita, hay que cuidarse”. Se me cayeron mis lágrimas”, relata el histórico goleador estudiantil, visiblemente afectado por la realidad que vive su amigo.
Las dificultades que ha debido enfrentar el exguardameta en las últimas semanas hablan por sí solas de la gravedad de la condición en que está. Hizo las radioterapias. Ha estado interado para bajarle el dolor y seguir con el tratamiento.
Los próximos días serán claves. Sus más cercanos, especialmente los integrantes del emblemático plantel que en 1987 le dio un título a Universidad Católica, mantienen comunicación constante para estar enterados de la evolución de quien consideran uno de los líderes de ese plantel. A través de un grupo de WhatsApp, comparten la información que van recibiendo respecto su excompañero. Cuando el escenario era mejor, por esa vía programaron una junta con Cornez. Ahora juntan fuerzas para su recuperación.
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