Sabe bien Ruy Barbosa Barceló en qué se metía. Desde niño ha visto a su padre entre fierros, motos, aceite y ruedas. La pasión por el motociclismo de enduro llega desde Ruy Barbosa Prieto, campeón del mundo de bicicross en su adolescencia, y eterno protagonista del fuera de pista nacional y también del automovilismo.
Barbosa Jr. sabía que se trataba de sacrificio, de responsabilidad, de apretones económicos, de estar lejos de la familia. Sabía también que aunque cumpliera con todos esos requisitos, con todo ese sacrificio, nada estaba garantizado. Ni el triunfo ni el ansiado título mundial.
Pero el muchacho lo consiguió. En su segundo año en el Mundial Youth de enduro de la FIM, no solo coronó su carrera con victorias en las fechas del mundial, sino que la suma le permitió convertirse en el primer chileno campeón del mundo de enduro.
El chileno se fue a Italia para defender a un equipo al que, encima, debía pagar para correr. Dormía en un container, caluroso, en verano, y muy fría, el resto del año, sobre el lugar donde las motos descansan en el equipo Jolly.
Salía casi cada semana por tierra a fechas del campeonato italiano y las del Mundial, que son principalmente en Europa. Este año, con la compañía de la leyenda Alex Salvini. El piloto local fue el impulso que le faltaba al pequeño Ruy. Fue el mismo multicampeón el que lo bañó en champán cuando se supo que el chileno había ganado
Un año inolvidable y un futuro imposible de adelantar. Pero el heredero llega con ganas de ser el mejor de la familia.