El martes pasado se llevó a cabo una reunión secreta entre el comisionado del PGA Tour, Jay Monahan, y los directores de jugadores, Tiger Woods y Adam Scott, con el nuevo Presidente de Estados Unidos Donald Trump, de la que este jueves el principal circuito de golf dio más luces, a través de una declaración pública.
“Sabemos que los fanáticos del golf esperan ansiosamente una resolución de las negociaciones con el Public Investment Fund (PIF) y queremos agradecer al Presidente Trump por su interés y apoyo desde hace mucho tiempo a nuestro deporte. Le solicitamos al Presidente que se involucrara por el bien del deporte, del país y de todos los países involucrados. Estamos agradecidos de que su liderazgo nos haya acercado a un acuerdo final, allanando el camino para la reunificación del golf profesional masculino”, expresó Monahan.
En ese sentido, las partes dan entender que la situación no es solo deportiva, sino geopolítica, toda vez que el propio Trump, un gran aficionado al golf, está involucrado en el medio, pues uno de sus clubes en Doral ha sido sede de una de las fechas de la emergente superliga de capitales saudíes, donde compiten los chilenos Joaquín Niemann y Guillermo Pereira. Hasta la fecha, cinco eventos se han organizado en sus dependencias.
De hecho, el mandatario estadounidense ha sido un ferviente partidario de que los mejores jugadores del mundo puedan volver a competir juntos sin vetos. Y ha sido tal su optimismo que llegó a manifestar que podría conseguir un entendimiento rápido. “Sin duda, creo que yo podría ayudar, que podría conseguirlo. Diría que no me llevaría más de 15 minutos cerrar el acuerdo”, manifestó sin titubeos.
En el podcast ‘Let’s Go!’, el mandatario de 78 años reflexionó sobre el tema: “Cuando Scottie Scheffler gana o cuando los otros muchachos triunfan en la otra gira, se miden ante un montón de grandes rivales, pero estaría bien que todos pudieran jugar juntos. Es terrible que alguno de ellos se quede fuera de un Major. Pero claro, están muy contentos con Arabia Saudita. Si hablas con ellos te das cuenta de que están convencidos de su decisión. Ganaron más dinero del que probablemente nunca podrían haber soñado, recibieron cheques, en algunos casos, de cientos de millones de dólares. Así que es difícil pensar que no están contentos por no poder jugar en un sitio determinado. Eso no es tan importante”.
Los obstáculos
De acuerdo a las partes, uno de los principales obstáculos para cerrar un acuerdo ha sido la intervención del Departamento de Justicia estadounidense, que ya estaba investigando al Tour por posible comportamiento anticompetitivo. Rory McIlroy, miembro del subcomité de transacciones que trata directamente con los saudíes, dijo la semana pasada que consideraba que Trump y su gobierno eran más “favorables a los acuerdos” que la administración anterior de Joe Biden.
“Me gustaría pensar que algo sucederá muy pronto, pero lo he dicho durante los últimos dos años”, dijo McIlroy la semana pasada en Pebble Beach. Al parecer, hoy el acuerdo parece estar más cerca que nunca.
El año pasado, el Tour llegó a un acuerdo con Strategic Sports Group, un consorcio de propietarios de equipos deportivos profesionales, para inyectar hasta 3 mil millones de dólares en la nueva rama con fines de lucro del Tour, PGA Tour Enterprises.