El plan de uno
La situación vivida por Pablo Guede en los últimos días tiene demasiados ángulos. Algunos de ellos muy filudos.
Vamos por partes. Lo primero es lo deportivo y obvio. La vergonzosa derrota frente al ignoto Delfín de Ecuador generó la ira de los hinchas que no entendían cómo un equipo, que días antes había maniatado a la UC, podía ser tan predecible e inocuo. La derrota frente a Atlético Nacional dolió, pero menos. Es un candidato de fierro como lo es Racing en el grupo de la U. Pero no Delfín.
Entiendo que Guede sea un innovador y que busque siempre la manera de generar nuevas variantes, pero hay aspectos que son básicos. Cuando el rival se mete atrás, la primera palabra que aparece en la mente es amplitud. Ésta, junto a la velocidad, es una básica pero efectiva forma de generar espacios ¿Por qué insistió con Valdés centralizado siendo que ha demostrado ser muy efectivo cuando abre el juego? ¿Por qué no metió a Carvallo que ofrece velocidad y desborde en lugar de Pinares, que también iba por el centro? Por muy innovador que quieras ser (y aplaudo esa búsqueda), hay conceptos mínimos que han acompañado al fútbol durante décadas y que son útiles hasta el día de hoy. Querer reinventar el fútbol es una empresa demasiado grande en estas circunstancias.
Salgamos de la cancha.
La segunda arista es política e incluye a un tercero. Aníbal Mosa. El gran plan deportivo del presidente de Blanco y Negro se llama Pablo Guede. "Me lo llevaría para la casa", dijo un día, ¿recuerdan?
Mosa, en su estilo presidencial personalista, se ha jugado el pellejo por el argentino. Las contrataciones y decisiones tomadas no corresponden a la política deportiva del club, mas sí a la opinión del actual entrenador. Esto, más la pasada renovación de DT, han llevado al empresario a ganarse cada vez más enemigos dentro de la concesionaria. La relación con Leonidas Vial es menos que cordial y eso es bien sabido por las partes. El problema es que su gran aliado, el Club Social y Deportivo, mira cada vez con más recelo las decisiones del presidente. Querer hacerlas todas tiene sus consecuencias. Si Colo Colo no sale de ésta, Aníbal Mosa se puede quedar sin DT, por ende sin proyecto, y además sin aliados.
Más allá que matemáticamente aún haya chances de clasificar en Copa Libertadores y/o que se mantenga Guede en su puesto, Colo Colo necesita planes alternativos de corto y mediano plazo. Planes que dependan de una idea, no de un nombre.
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