El 23 de abril de 2022 pasará a ser un día especial para el Real Betis Balompié. Después de 17 años, el equipo de Heliópolis ganó un título: la Copa del Rey. Sobre todo considerando que la final ante el Valencia se jugaba en Sevilla (en La Cartuja, a una distancia aproximada de 15 minutos del Benito Villamarín), estaba el añadido de ganar algo en casa. Derivado de la consecución del trofeo de Su Majestad (el propio Felipe VI le entregó la copa al capitán Joaquín), se fueron multiplicando las alabanzas hacia la figura de Manuel Pellegrini, el arquitecto de esta obra.
El título significa la “guinda de la torta” a una campaña destacada no solo desde lo numérico, sino que también desde el juego. En su momento, el Betis llegó a ser el único club español en disputar tres torneos. Si en la Copa del Rey alcanzaron la gloria, en la Europa League llegaron hasta octavos de final (siendo eliminados por el Eintracht Frankfurt) y en LaLiga pugnan por entrar en los puestos de clasificación a la Champions (están quintos, a cuatro puntos del cuarto, el Atlético de Madrid).
Para contar la historia de este idilio forjado entre el mundo bético y Manuel Pellegrini, hay que retroceder en el tiempo y ver cuál era la realidad del equipo en la etapa previa al Ingeniero. En LaLiga 2019-2020, los verdiblancos terminaron en el 15° puesto, con 41 puntos, a solo cinco de la zona de descenso. Tuvieron dos técnicos en el año (Rubi y Alexis Trujillo), ganaron solo 10 de los 38 partidos y fueron la segunda defensa más batida (60 goles en contra).
Para entender el punto de partida del proyecto Pellegrini hay que nombrar a Antonio Cordón, el director deportivo del Betis. Ambos se conocen desde el Villarreal y el directivo tuvo una fijación con buscar talentos en Sudamérica para reforzar al Submarino Amarillo. Bajo su gestión se produjo el fichaje de Matías Fernández, entre otros. Cordón estaba trabajando en la Federación Ecuatoriana, de cara a las Eliminatorias para Qatar 2022. De hecho, él llevó a Jordi Cruyff para ser el entrenador de la selección. Al final, el proyecto se cayó y ambos se fueron (llegó Gustavo Alfaro y clasificó al Mundial). En 2020 recala en el club andaluz y su carta para la banca era Pellegrini.
A fines de 2021, en una entrevista a medios locales, Cordón erigió al chileno como la clave del éxito de la institución: “Está claro que Manuel Pellegrini está consiguiendo lo que para muchos era impensable. Con su experiencia, su talante, el respeto que transmite a los jugadores en el vestuario, la forma que tiene de entender el fútbol... Creo que es el entrenador idóneo para el Betis”. El tándem Cordón-Pellegrini es central para entender el despertar de un elenco popular y tradicional en España, que se había acostumbrado a ser testigo de los éxitos de su vecino y archirrival, el Sevilla.
Bajo costo
El Betis no tiene la billetera del Manchester City. Por lo tanto, el estratega chileno debió adaptarse a una compleja realidad económica, más aún con los problemas acarreados con la pandemia. Debía formar un equipo amalgamando a los elementos que ya tenía el club con incorporaciones de bajo costo. Jugadores relevantes en su esquema actual llegaron en la campaña previa: Nabil Fekir, Borja Iglesias, Álex Moreno, Guido Rodríguez y Juanmi. La opinión generalizada es que el arribo del DT fue importante para el ascenso de rendimiento de varios futbolistas. Además, tenía el aval de contar con Joaquín, el emblema de la tienda verdiblanca, que coincidió con el Ingeniero en el Málaga.
Para el curso 2020-2021, el primero al mando del chileno, no hubo desembolso de dinero para reforzar a la plantilla. Claudio Bravo firmó como agente libre, tras finalizar su vínculo con el City. Se sumaron los arribos del lateral Martín Montoya y el zaguero Víctor Ruiz, en la misma situación. Por contraparte, el Betis debió vender al argentino Giovani Lo Celso al Tottenham, por 32 millones de euros.
En la temporada actual, que se encuentra en la recta final, el fichaje más costoso solo implicó un gasto de 3,5 millones de euros, una cifra menor para la élite europea. Fue para la compra del defensa argentino Germán Pezzella, proveniente de la Fiorentina. Tanto el arquero portugués Rui Silva (competencia de Bravo) como el lateral senegalés Youssouf Sabaly desembarcaron como libres. Mientras que Héctor Bellerín y el delantero Willian José llegaron en préstamo. Si bien la plantilla bética está valorizada en 243 millones de euros, aparece recién en el octavo lugar dentro de LaLiga. Está lejos del Real Madrid, el primero en la lista, con un plantel de 756,5 millones de euros, según las cifras de Transfermarkt.
Con este panorama, el nuevo Betis se fue fraguando. Sin una plantilla numerosa en cantidad, Pellegrini le fue dando forma y estilo a un equipo que caracteriza el buen pie con el balón. Su dibujo matriz, el 4-2-3-1, empezaba a salir de memoria. De a poco se fueron notando los cambios. Un ejemplo: en LaLiga 19-20 anotaron 48 goles, para la 20-21 ya subió la cantidad a 50 y en la actual suman 56, con cinco jornadas por delante.
El hombre gol del Betis se llama Borja Iglesias. Es notoria la subida de rendimiento del Panda, que hizo el tanto en el tiempo regular de la final, con el Ingeniero en la banca. En LaLiga 19-20 hizo apenas tres goles. Para la siguiente, mejoró. Convirtió 11. Y en la actual, lleva nueve.
La primera temporada de Pellegrini dejó al Betis sexto en el torneo español, clasificando a la Europa League. Ahora, la buena campaña ha abierto el apetito y apuntan a la Champions, lo que también significaría un ingreso económico suculento para la institución, lo que implicaría un mayor presupuesto para refuerzos. En paralelo, el plan de Pellegrini ha implicado una serie de renovaciones de contrato, como la de Claudio Bravo, que seguirá una temporada más en Heliópolis.