El plan fallido de la Roja: ni la altitud ni Bravo ayudaron a sumar en Calama
Los 2.260 metros sobre el nivel del mar no favorecieron a la Roja. Martín Lasarte se equivocó con Sebastián Vegas como lateral izquierdo y debió apurar el cambio de arquero cuando este dio muestras de dolor. El capitán tampoco tuvo una buena noche: estuvo flojo en el segundo gol y debió salir antes de la cancha. Para colmo, el público entonó cánticos obscenos contra la Albiceleste, por lo que Chile arriesga una nueva sanción.
Todo salió mal en la tibia noche de Calama. Nada funcionó. Ni la alineación que dispuso Martín Lasarte ni los supuestos efectos favorables que tendría la altitud para la selección chilena, en su choque contra Argentina. Al final, la Roja cayó por 1-2 ante Albiceleste y quedó al borde de la eliminación para Qatar 2022.
Primero, Sebastián Vegas hizo agua como lateral izquierdo y jamás pudo controlar a Ángel di María, quien abrió la cuenta con un verdadero golazo de zurda, que Claudio Bravo no pudo contener. El defensa tuvo que ser reemplazado por Gabriel Suazo en el entretiempo, ya que además estaba condicionado por una tarjeta amarilla.
Y cuando las esperanzas renacían gracias al gol de Ben Brereton, el arquero chileno comenzó a dar señales de problemas físicos. Todo salía mal para el combinado nacional. Luego de varios minutos, el meta de Chile miró a la banca y pidió el cambio, pero lo hizo demasiado tarde.
El capitán de la Roja había dejado claro que no podía seguir en el campo de juego, cuando se disputaban el minuto 30. Lasarte, técnico de la Roja, mandó a llamar a Brayan Cortés, quien de inmediato comenzó a realizar los trabajos de calentamiento. El cambio aún no se hacía.
Mientras tanto, el partido continuaba. Chile intentaba marcar diferencias, sin mayor suerte. Bravo, debajo de su arco, se mantenía en el campo para darle tiempo a Cortés para calentar. A ratos, el portero del Betis cojeaba. Su dolencia en el aductor ya era insostenible.
Extrañamente, el capitán no quiso aprovechar las licencias que concede el reglamento, que le permite tirarse al suelo, acusar lesión y ser atendido el tiempo que sea necesario en la cancha. De alguna manera, quiso esperar a que su compañero estuviera listo.
Argentina, que a esa altura ya se había percatado de la incomodidad del portero, aprovechó la primera oportunidad que tuvo. Rodrigo de Paul remató de larga distancia, en un tiro que no parecía de mayor complejidad para la calidad de Bravo.
Sin embargo, el nacido en Viluco contuvo a medias el disparo del transandino. No tuvo una buena reacción. Seguramente, el dolor de la lesión afectó su movillidad en aquel preciso instante. Y como nada iba a funcionar en la noche del desierto, el rebote justo salió para el centro del área, lo que le dejó servido el balón a Lautaro Martínez, quien convirtió sin mayor complicación.
Una vez finalizada la celebración de los transandinos, recién ahí Bravo salió sustituido. Un cambio que debió haberse realizado antes. El capitán de la Roja salió ofuscado, sin siquiera reaccionar al apoyo que recibió de sus compañeros ni de los hinchas.
El marcador no varió. Fue triunfo 1-2 para el conjunto dirigido por Lionel Scaloni, quien no pudo estar presente tras dar positivo por Covid-19. En su lugar estuvo el exdefensa Walter Samuel, quien celebró el triunfo de forma efusiva con su staff, pese a que ya están clasificados para el Mundial. Y claro, había felicidad, porque además Argentina supo imponerse en la altitud de Calama después de su caótico arribo al aeropuerto.
Cánticos del público
La selección chilena deberá jugar sin público ante Uruguay, ya que fue castigada por el mal comportamientos de los hinchas durante los últimos partidos en San Carlos de Apoquindo.
Lamentablemente para las pretensiones de la Roja y la Federación de Fútbol de Chile (FFCh), los hinchas nacionales no aprenden la lección, ya que anoche, en el estadio Zorros del Desierto, la afición entonó cánticos obscenos contra Argentina.
El hecho ocurió un par de veces, pese a las advertencias del locutor del recinto. “No a la discriminación, somos un solo equipo”, se le escuchó decir. No le hicieron caso. Nada resultó en Calama.
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