No es casual que Reinaldo Rueda aplazara hasta el máximo la nómina de la Selección para un desafío medio, como lo es la doble fecha FIFA. Mientras que el técnico argentino Lionel Scaloni dio el domingo 18 de agosto los nombres de sus jugadores para enfrentar a Chile el 5 de septiembre en Los Ángeles (tres cómodas y amplias semanas para el debate), Rueda escondió las cartas hasta el miércoles pasado, dando pie a todo tipo de especulaciones. Luego de la partida de caballo de Derby de Kentucky y la llegada de burro cargado de leña en la Copa América, el entrenador colombiano no cambió su semblante de jugador de póker: insinúa, muestra, esconde, pide y apuesta.
Lo de Claudio Bravo es bien decidor: ya para la Copa América adujo públicamente razones que no eran ciertas para no convocarlo. Por bluffear (o "proteger el camarín", dirían algunos), terminó agrandando el problema aún más. Fue desmentido por el propio Bravo y luego por Medel. Pero ese incidente de ninguna manera significó una lección. Para esta convocatoria, luego de la baja actuación de Gabriel Arias en la Copa América, nuevamente fue esquivo y hasta pícaro para confirmar el regreso de Bravo al equipo. Desde el Manchester City informaron que el arquero chileno estaba con reserva, pero cuando lo consultaron en una charla universitaria, Rueda fue ambiguo, incluso insinuó que no lo iba a llamar, lo que hizo que varios medios especularan y dieran por hecho que Claudio Bravo no volvía. Al final, sí lo llamó, como el más mínimo sentido de la lógica indicaba.
¿Qué pretendía con este verdadero "farol"[1]? ¿Para qué persistir en la estrategia de generar confusión? Además, y esto es otro hecho evidente, hizo una nómina despotenciada: llamó a Bravo pero dejó fuera a Vidal, Pulgar, Medel, Alexis y Maripán. Es decir, enfrentará a Argentina sin los mejor que tiene, con una alta posibilidad de que el arquero de City sea peloteado a destajo y, además, no termina por reunir en el camarín a todos los protagonistas de la más larga y absurda teleserie que haya vivido una selección chilena. Sigue maniobrando Rueda.
Finalmente, otro hecho que queda en evidencia, el tobogán de la Copa América lo convenció de seguir buscando porque el equipo no le da. Ya probó 70 jugadores antes de ir a Perú, ahora volvió a la búsqueda o dar nuevas chances a hombres que han entrado, salido, no rendido o nadie esperaba: Diego Rubio, Christian Bravo, Diego Valdés, Ángelo Sagal, Jean Meneses, Francisco Sierralta, José Bizama, Felipe Campos, por nombrar unos cuantos. Esperemos que sepan aprovechar la oportunidad en su mayoría y no devolver la camiseta roja apenas se las pasen en el camarín.
[1] "En el juego, envite falso hecho para desorientar o atemorizar". Quinta acepción, diccionario de la RAE, vigésima segunda edición 2001.