El polémico beso de Luis Rubiales, el presidente de la federación española de fútbol, a Jennifer Hermoso, una de las figuras del combinado ibérico que obtuvo el título en el Mundial que organizaron Australia y Nueva Zelanda, ha generado repercusiones en todos los niveles.
La coincidencia es el repudio, que ha bajado desde las principales autoridades del país, desde todos los sectores de la sociedad y hasta de la FIFA, que anunció la apertura de un expediente disciplinario contra el dirigente, lo que le expone a severas sanciones. El rechazo llega, ahora, al campo de juego.
La renuncia
Si bien ha reconocido el error, particularmente desde el impacto que produjo la situación, Rubiales ha intentado explicar que el acto fue consentido. Por cierto, ha sido enfático en que no dimitirá a su cargo. ““Se está ejecutando un asesinato social, se me está intentando matar. Desde hace 5 años van a por mí por tierra, mar y aire. Siempre es el mismo, él y sus títeres. A algunos poderosos ya dije que le iba a molestar. Se está vendiendo otra cosa en los medios que rinden pleitesía al falso feminismo, una gran lacra en este país. Hijas, aprendedlo, vosotras sois feministas de verdad”, se victimizó ante sorpresivos aplausos por parte de la asamblea en la junta extraordinaria de la Federación.
Esa razón y el respaldo que le resulta inentendible y que se graficó en una ovación para el dirigente en el marco de un acto oficial, ha motivado una drástica decisión de parte de Borja Iglesias, el emblemático delantero del Betis: el ariete anunció que renunciaba a la selección española.
La declaración de Iglesias es categórica. “Tomé la decisión de no volver a la selección hasta que las cosas cambien y este tipo de actos no queden impunes”, puntualiza el jugador, reconocido durante su trayectoria por su preocupación por los aspectos sociales.
“Estoy triste y decepcionado. Como futbolista y como persona no me siento representado por lo que ha pasado hoy en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas”, expresó en su cuenta en Twitter. “Me parece lamentable que sigan presionando y poniendo el foco sobre una compañera. Vestir la camiseta de la Selección Española es de lo más grande que me ha pasado en mi carrera. No sé si en algún momento volveré a ser una opción, pero he tomado la decisión de no volver a la Selección hasta que las cosas cambien y este tipo de actos no queden impunes. Por un fútbol más justo, humano y decente”, manifestó el jugador.