El VAR llegó al fútbol para aumentar la sensación de justicia deportiva. El videoarbitraje fue concebido para aclarar las situaciones conflictivas que, en muchos casos, escapan al control absoluto del cuerpo referil que está en el campo de juego y a los asistentes que inmediatamente fuera del borde. Se suponía que la información de los jueces ubicados en la cabina iba a aportar elementos concluyentes como para terminar para siempre con las especulaciones. Y, sin embargo, no ha sido así.
Las polémicas suman y siguen. En Sudamérica están más álgidas que nunca. El cometido del paraguayo Éber Aquino en el partido entre Uruguay y Chile refrescó los cuestionamientos en el país. En los vecinos también hay quejas. Basta revisar la controversia que generó el cometido de Julio Bascuñán y el cuerpo referil que estaba para apoyarlo en el choque entre Perú y Brasil.
Las quejas no son exclusivas de esta parte del mundo. El presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin se suma a los cuestionamientos al sistema. “Creo que en las competencias europeas lo estamos haciendo muy bien, pero en las nacionales hay muchos problemas y situaciones cómicas”, establece en declaraciones a Noticias #Vamos, de Movistar+.
El análisis al canal español continúa: “Para mí, es clave aclarar qué mano es y qué no. Nadie lo sabe. La misma jugada unas veces es mano y otras no. Cuando estás fuera de juego por un centímetro y la cobran. ¿Es ese el sentido de la norma? ¿Qué pasa si el portero se adelanta en un penalti uno o dos centímetros? ¿Es correcto repetirlo? Creo que hay muchas cosas por discutir”.
En el mismo sentido, Ceferin concluye: “El VAR ayuda al fútbol, pero también lo puede dañar. No hay marcha atrás. El VAR seguirá, pero hay mucho que mejorar”.