Eduardo Gamboa sabía que el partido en el Monumental iba a ser el último. Quedará en su registro con el 1-0 de Ñublense sobre Colo Colo fue el último de él como árbitro de Primera División. El integrante de una familia ligada al referato (padre y hermanos) tomó la decisión de abandonar la categoría, por su lejanía a las ideas que trae el argentino Javier Castrilli, flamante presidente de la Comisión de Arbitraje.
En Quilín y el propio Castrilli ya estaban al tanto de la información. Si bien a los 45 años, edad que él tiene, corresponde dejar el primer nivel de esta profesión, Gamboa no tenía entre sus planes renunciar, debido a su cercanía con Jorge Osorio, el antecesor del transandino, que fue removido por la dirigencia de la ANFP debido a la severa crisis de los colegiados en Chile.
Lo cierto es que Castrilli tampoco tenía intención de renovarle la licencia (por decirlo de alguna forma) al juez FIFA. Parte de su proyecto en el país es renovar nombres y estilos en el referato nacional, idea donde Gamboa no tenía cabida. Se esperaba que el mismo Gamboa hiciera el anuncio después del partido de Colo Colo y Ñublense, pero en las próximas horas se hará oficial su salida del cuerpo de árbitros del fútbol profesional criollo.
Además de su trabajo en Chile, Gamboa también ha dirigido en Copa Sudamericana y Copa Libertadores. Se desempeñó también partidos de Selección y en distintas Copa América. Este año, de hecho, fue parte de una polémica importante en la Libertadores, que le costó la suspensión por parte del Comité de Árbitros de la Conmebol. El juez chileno, junto a César Deischler, cometieron errores graves como parte del VAR en el partido que Fluminense le ganó como visita por 0-2 a Cerro Porteño, al anular un gol en favor de los paraguayos que claramente no estaba fuera de juego.
A raíz de esto, la Conmebol decidió suspender a los chilenos por “un tiempo indeterminado en el ejercicio de sus funciones en competiciones”. Castigo que solo aplicaba a nivel internacional.