El primer Superclásico argentino de Carlos Palacios fue derrota: joya de 17 años lidera triunfo de River sobre Boca
En un Monumental de Núñez con 85 mil personas, los Millonarios se quedaron con el choque de los colosos del fútbol transandino, venciendo por 2-1. El ex Colo Colo no pudo influir en la ofensiva xeneize. El valor más destacado fue Franco Mastantuono, quien aún no llega a la mayoría de edad.
Las frases clichés en el fútbol son numerosas. Una de ellas indica que los clásicos son partidos aparte. Y en el caso del choque de colosos en Argentina, ese concepto cae de cajón. Cuando River Plate y Boca Juniors se enfrentan, hay un mundo paralelo. Es una liga en sí misma, porque tanto el ganador como el perdedor quedan marcados. Este domingo fue la versión 264 del Superclásico, con una cifra récord de espectadores en el estadio Monumental de Núñez (85.018 asistentes). River se quedó con el triunfo por 2-1.
Considerando la realidad de los jugadores chilenos en el extranjero, este partido podría haber marcado un hito, si contemplaba la presencia (en el mejor de los casos) de cuatro futbolistas nacionales. Sin embargo, diversas razones cambiaron el panorama. En el local, Paulo Díaz quedó descartado por lesión y Gonzalo Tapia no fue citado por decisión técnica. Mientras que en la visita, Williams Alarcón es baja tras ser operado por rotura de meniscos.
El único representante nacional fue Carlos Palacios. El ex Colo Colo tuvo su primer clásico argentino con la camiseta azul y oro, siendo uno de los cinco debutantes xeneizes en el duelo. A raíz de cambio de esquema del técnico Fernando Gago (con línea de cinco en defensa), el canterano de Unión Española fue un mediapunta que debía ser complemento del único delantero, Miguel Merentiel. La ausencia de Edinson Cavani, desgarrado, y el hecho de visitar el Monumental, movió el tablero en Boca.
Aunque el resultado al entretiempo haya sido estrecho, desde la postura en la cancha había una clara diferencia en favor de los Millonarios. En ese sentido, el joven Franco Mastantuono era el revulsivo. Cada ataque profundo y con peligro de River, tenía la participación del atacante de solo 17 años, arrancando desde la derecha para hacer labores de enlace.
Paulatinamente, el equipo de Marcelo Gallardo se fue adueñando del encuentro. Esa sensación quedó reflejada con el golazo de Mastantuono en los 25′. Un notable tiro libre, con la pierna zurda, se clavó en un ángulo del arquero Marchesín, quien atinó a mirar cómo la pelota entraba en su arco.
Boca estaba aletargado. Palacios debía retroceder hacia propio campo para tomar el balón y empezar a avanzar. Los xeneizes concentraban su atención en lo defensivo y no dejar espacios. Con una gran cuota de fortuna, la visita llegó al empate en los 38′. Un balonazo largo no cuenta con la respuesta pulcra de Germán Pezzella, la pelota pasa y Miguel Merentiel se va rumbo al arco de Armani. Define por bajo y coloca una igualdad inmerecida, por el trámite del juego. Seguramente, en esa jugada, varios se acordaron de Paulo Díaz.
Antes del descanso, River volvió a encontrar la ventaja. En los 44′, Sebastián Driussi (quien ha dejado en la banca al colombiano Miguel Borja) captura un rebote de Marchesín, ante un propio cabezazo del delantero ‘millonario’, y pone el 2-1 para el anfitrión, que contabilizó nueve remates a portería en el primer tiempo.
Palacios no influyó arriba
En el complemento, Boca esbozó una respuesta, más ordenado pero no necesariamente con más acercamientos a la portería rival. Carlos Palacios jugó casi todo el partido lejos del área. Para aumentar su presencia en el circuito xeneize, tenía que moverse por todo el frente y retroceder. No pudo influir de cara al marco que defendió el inoxidable Franco Armani.
A medida que pasaban los minutos, River fue sintiendo el desgaste, considerando el partido de mitad de semana en Ecuador, por la Copa Libertadores. Dio la impresión de que Boca, si asumía una postura más audaz, podía irse del Monumental con algo. Pero eso recién asomó en el epílogo. Los Millonarios se quedaron con una victoria que siempre es especial. Esta vez, liderada por una joya, Mastantuono, quien todavía no cumple la mayoría de edad.
Con 264 partidos en el historial del clásico, el registro ahora indica lo siguiente: 92 triunfos de Boca, 88 de River y 84 empates. En el estadio de los ‘banda sangre’, los guarismos muestran que, en 114 encuentros, los riverplatenses ganaron 46, contra 31 de los bosteros y 37 empates.
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