Luis Campos es el nuevo director deportivo del PSG. El cargo supone, de por sí, una responsabilidad y un trabajo enormes. A la escuadra francesa, ni los millones ni las estrellas le han bastado para la gran aspiración que hay detrás de la abultada inversión de capitales árabes: dominar Europa y, en consecuencia, ganar la Champions League. Y esa falta del éxito al que realmente aspira, obliga al club a explorar en las variables que pueden conducir al fracaso.

En ese contexto, una de las principales preocupaciones es la disciplina de las estrellas del equipo. Y especialmente de una, el brasileño Neymar. Si ya el nuevo técnico Christophe Galtier había puesto el primer aviso (”Hay que disciplinarse dentro y fuera del campo”, afirmó) y el presidente del club, Nasser Al Khelaifi había planteado otro (”Se acabó el brillo”, dijo), al flamante responsable de las decisiones deportivas del club no le temblará la mano para actuar en consecuencia, independientemente del linaje del jugador que se trate.

El foco está puesto en un nombre específico: Neymar. Al brasileño le gustan las fiestas y ha dado muestras públicas y notorias de aquello, llegando a organizar una en el período más álgido de la pandemia de Covid-19.

Se acabó la manga ancha

L’Equipe, una de las principales publicaciones deportivas del país, da cuenta de la licencia con que cuenta Campos para implementar las medidas que estime convenientes. Los jugadores ya recibieron los primeros lineamientos y un mensaje contundente: “Si hay algunos que no estén de acuerdo, pueden irse”.

Y, después de establecer los límites, pasó directamente a la acción. El equipo debe desayunar y almorzar en conjunto y en esas instancias estará estrictamente prohibido el uso de teléfonos móviles, lo que sí podrán usarse en las concentraciones. Sin embargo, lo más llamativo es el trabajo ‘de inteligencia’ que está desarrollando Campos. Desde que comenzó a trabajar se ha abocado a investigar cuáles son los sitios que los futbolistas frecuentan de noche. La idea es que ninguno infrinja las normas disciplinarias que establece la institución.

Galtier se ha cuadrado con el discurso de su jefe directo. “Si hay jugadores que se salen del encuadre, serán despedidos. Ningún jugador estará por encima del grupo”, ha dicho el reemplazante de Mauricio Pochettino en la banca parisina. La duda es hasta qué punto las estrellas aceptarán los límites. De hecho, no se trata del primer intento del club por imponerlos. En la gestión del brasileño Leonardo también se buscó establecerlos, pero el plan no dio grandes resultados.

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