El Real Madrid consiguió su onceava Supercopa de España. En un duelo que fue de menos a más en cuanto a intensidad y que finalizó igualado sin goles, los merengues superaron al Atlético de Madrid en la tanda penales por 4-1. Thibaut Courtois y Federico Valverde fueron las figuras del nuevo campeón del trofeo que se juega desde 1982.
La escuadra que adiestra Zinedine Zidane, quien ha ganado las nueve finales que ha disputado con su actual club, se adueñó de la posesión durante un primer tiempo que fue opaco. Pese a que fueron los Blancos los que, a punta de buen toque, tomaron la iniciativa del duelo y se instalaron en terreno rival, las llegadas más claras le pertenecieron a los dirigidos por Diego Simeone. Los colchoneros apostaron a las salidas rápidas, con un activo Ángel Correa en tres cuartos, y a los pelotazos largos que buscaron, en más de una ocasión, a Álvaro Morata, su principal referente de ataque.
Un grosero error de Sergio Ramos por poco le abrió el arco al Atleti, que, a medida que el cotejo avanzaba, lograba equiparar las acciones. En los 14', el zaguero realizó una mala entrega y el balón le quedó servido en la entrada del área a Joao Felix. Pero el portugués de 20 años se apuró. Remató de primera ese regalo y el disparo se le fue ancho. Seis minutos más tarde, Morata probó desde distancia a la portería de Jan Oblak, pero el tiro se fue rosando el vertical derecho del meta.
La tónica se mantuvo en el complemento, con un equipo merengue que se encargó de asfixiar la salida del vigente subcampeón de La Liga. Los de Zidane centraron su juego en cargarse hacia las bandas y levantar centros hacia el área rival, no obstante, a Luka Jović, la carta de gol por la que apostó el técnico francés, se le vio desconectado y con pocas ganas, mérito también del defensor colchonero Felipe Augusto, quien no le dio ni un solo centímetro. El serbio tuvo una en el primer tramo, pero nada más.
El Real Madrid adelantó sus líneas en su afán de marcar la diferencia. En los 67', un centro desde la derecha de Jóvic encontró en inmejorable posición al uruguayo Valverde, pero este, entre un remate provocado por un golpe simultáneo entre la cabeza y la rodilla, mandó la pelota por sobre el travesaño. Los pupilos de Simeone también tuvieron chances de abrir en el marcador. En los 79', Morata se filtró en el área de los Blancos y sacó un derechazo para intentar batir a Courtois. Pero este último salió triunfador al evitar la conquista con una gran reacción. Finalmente, el silbato del juez dio la orden del final del cotejo, con un resultado idéntico a cuando el pitazo marcó el inicio.
Los 30 minutos de alargue no fueron distintos a los 90' reglamentarios. Mientras el Real seguía manejando el encuentro a su ritmo, el Atleti apostaba al contragolpe y a la magia de sus individualidades. Y si no le dio resultados a los colchoneros fue por que Courtois así lo quiso. El belga tuvo dos intervenciones notables para evitar la caída de su pórtico. La primera, a Vitolo Machín, quien, en los 93', ingresó al área y finalizó la jugada. Pero el meta envió la pelota al córner. La segunda, a Morata, cuando este intentó batirlo con una media tijera.
Valverde fue el responsable de que el compromiso no se definiera en el tiempo extra. En los 115', una descoordinación en la zaga merengue le dejó el balón servido a Vitolo, quien habilitó a Morata de primera. El ariete recorrió algunos metros con la pelota, pero el volante charrúa lo derribó justo antes de que ingresara al área. El juez le mostró la tarjeta roja, no obstante, al expulsado nada le importaba. Cumplió con su tarea de defender su arco a toda costa. Cumplió al igual que su escuadra, que pudo aguantar los cinco minutos restantes para sellar el 0-0 definitivo y dar inicio al paso restante: los penales.
En la definición desde los 12 pasos, la gran figura del partido, Courtois, volvió a estar brillante. La suerte también estuvo de su lado. Si es que el primer penal de los colchoneros no entró, fue porque el palo, el mejor amigo de los porteros, lo impidió. El disparo de Saúl impactó el vertical izquierdo del meta e impidió el 1-1 en la tanda. Y cuando Thomas Partey pudo descontar, el arquero contuvo su remate. El único que no falló en el Atleti fue Kevin Trippier, mientras que en los merengues ninguno falló. Sergio Ramos hizo estallar los festejos, en un King Abdullah Sports City que se tiñó absolutamente de blanco. El Real Madrid sumó una nueva Supercopa, la que estará agradecida por siempre de una barrida uruguaya y una muralla belga.