Viendo correr a Clarence Munyai, uno no puede evitar acordarse de Michael Johnson, el expreso de Waco, el hombre que trituró en Atlanta 96 el récord mundial de los 200 metros. Al igual que el mítico velocista estadounidense, Munyai, la nueva joya de Sudáfrica, es capaz de desplegar una frecuencia descomunal en su técnica de carrera. Zancadas cortas que se repiten con una velocidad endiablada, como si se tratara de una máquina de coser. El tronco demasiado rígido, las manos demasiado bajas, pero, lejos de las ortodoxias técnicas, este velocista de 20 años recién cumplidos, llega a desarrollar una velocidad de crucero brutal que le hace despegarse de sus rivales con una facilidad asombrosa en los últimos 80 metros.
La pasada semana se disputaban en Pretoria los Campeonatos Surafricanos de atletismo, aprovechando los últimos días del verano austral. Y fue en una de las semifinales de los 200 metros donde saltó la noticia de forma totalmente inesperada, en forma de una monumental cabalgada del joven Munyai, que no quiso esperar a la final para atacar la plusmarca nacional. "Sabía que las condiciones iban a ser buenas (calor y viento favorable dentro del límite legal), por eso decidí lanzarme a por el récord aunque fuera una semifinal", declaró el velocista, instantes después de detener el crono en 19''69, un nuevo récord surafricano.
La carrera del joven talento de Johannesburgo fue impecable. Las gradas estaban semivacías al tratarse de una semifinal, pero muy poco después del disparo ya se comprobó que algo importante se estaba fraguando. A los 50 metros, Munyai, que corría por la calle cinco, ya había comido la compensación a los rivales que tenía en las calles exteriores. A mitad de carrera llevaba una ventaja de dos metros sobre el segundo, que consiguió elevar a más de diez en la recta final.
La plusmarca de Munyai lleva implícita la comparación con los dos grandes de la velocidad actual. Usain Bolt corrió en 19''75 a los 20 años, más despacio que el surafricano. La otra referencia es más doméstica. El récord de Suráfrica, hasta la pasada semana, estaba en poder de Wayde van Niekerk, el velocista de Ciudad del Cabo convertido en el nuevo rey del atletismo tras la época marcada por Bolt y Mo Farah. Van Niekerk (que arrastra aún una lesión sufrida jugando al rugby) había establecido el récord el año pasado al detener el cronómetro en 19''84.
Munyai sorprende por su constitución. Es un velocista de baja estatura y compacto (1,70 metros y 65 kilos). Su tipología está más cerca de la de los especialistas en 60 metros que del doble hectómetro. El pasado año debutó en un gran campeonato (los Mundiales de Londres) y aunque había logrado el pase a las semifinales de los 200 metros fue descalificado posteriormente al comprobarse que había invadido la calle interior.
El recambio de Usain Bolt parece en camino. Un crono de 19''69 a los 20 años es simplemente espectacular. Pero queda lo más difícil. Hay que progresar aún medio segundo, algo así como avanzar seis metros más en carrera. Munyai lo tiene casi todo. La calidad muscular, la técnica y la aceleración. Sólo falta comprobar el ingrediente fundamental de los velocistas, el que todos los entrenadores jamaicanos destacaron siempre en Usain Bolt. La cabeza.