Chile cae frente a Ghana y cierra sin mayores luces su participación en la Copa Kirin. En rigor, clausura también la gira que realizó por Asia, que incluyó una derrota por 2-0 frente a Corea del Sur y, luego, un revés por el mismo marcador ante Túnez, lo que transforma el estreno de Eduardo Berizzo en el peor arranque de un técnico en la banca de la Roja desde que Pedro García tuvo la misma oportunidad. De esa lectura simple surge el elemento más preocupante que arroja el inicio de la gestión del transandino al mando del combinado nacional, en cuya banca reemplazó a Martín Lasarte: en 270 minutos de juego, sin considerar los minutos adicionales, la Roja fue incapaz de anotar siquiera un gol.
La falta de productividad ofensiva se explica, en alguna medida, por la carencia de un funcionamiento afiatado. El técnico argentino tuvo apenas un par de entrenamientos para transmitirles a sus dirigidos los principios que caracterizarán su paso por la Roja. De hecho, de ellos se pudo ver algunos atisbos en sus primeros tres compromisos con el buzo nacional, que ya había ocupado en condición de ayudante de Marcelo Bielsa. Hubo, de hecho, algunos elementos que parecieron una reminiscencia de esa época, como el intento de presión alta que ejerció el equipo nacional en algunos pasajes de los distintos encuentros, y otros que responden más bien a la identidad que ha ido adquiriendo en su trayecto como entrenador “independiente”, como el reagrupamiento ofensivo. Lo cierto es que a la fórmula le queda mucho trabajo por delante.
Los aprobados
Berizzo busca nuevos nombres. Eso incluye, por cierto, a los que irrumpieron en el último ciclo y necesariamente deben transformarse en los referentes del actual. El técnico dice que halló algunos aunque no los singularizó. “Encontramos futbolistas que se pueden incrustar en lo que queremos. Debemos seguir trabajando, encontrando nuestro desarrollo de juego”, declaró después del choque ante los ghaneses. Por rendimiento y presencias, en esa categoría entran, por ejemplo, el central Paulo Díaz y el delantero Ben Brereton. Ambos fueron titulares en los tres partidos de la gira, una señal poderosa respecto de que para el Toto forman parte de su estructura ideal.
Otro de los valores a los que el técnico argentino aprovechó de mirar con detención fue al lateral Nayel Mehssatou. El carrilero también participó en los tres encuentros del recorrido por Oriente y su rendimiento fue creciendo en nivel en la medida en que adquiría un mayor conocimiento de sus compañeros y de la forma de juego a la que aspira el entrenador. Sus 19 años le dan un amplio margen de tiempo para mejorar en todos los aspectos. El chileno-belga fue la principal apuesta en esta convocatoria y, en ese sentido, el balance es alentador, por más que frente a Corea del Sur haya sufrido demasiado con la velocidad de sus atacantes.
Otro que deja una buena impresión es el arquero Sebastián Pérez. El meta cruzado confirmó, sobre todo ante Ghana, el buen nivel que viene mostrando en las últimas temporadas, que lo instaló en la Roja ya en el período de Lasarte. A la espera de lo que decida Berizzo respecto de la participación de Claudio Bravo en el proceso, el Zanahoria animará una fuerte disputa con Brayan Cortés por la portería de la escuadra nacional.
Los endeudados
Chile busca gol. Ese elemento fue el que escaseó en las últimas Eliminatorias y el que explica por qué la Roja no consiguió clasificarse al Mundial de Qatar. En ese contexto, en la lista que afrontó la gira por Asia había dos nombres que llegaban con la posibilidad de apropiarse de un lugar como referentes en el ataque: Ronnie Fernández y Diego Valencia. Ambos habían mostrado un rendimiento aceptable a nivel local y, ante la carencia de mayores alternativas, fueron convocados para asumir el rol. Ninguno respondió.
El cruzado, de hecho, tuvo una buena ocasión para empezar a ganar confianza. En el partido frente a Túnez, fue el encargado de ejecutar un lanzamiento penal sobre el final del encuentro, cuya conversión hubiese hecho, al menos, más decorosa la caída frente al equipo africano. Sin embargo, su anunciado disparo solo permitió la lucida respuesta del portero Aymen Dahmen.
Fernández, de 31 años, apareció recién este año en la órbita de la Roja. Su presencia se reduce a un registro que, a estas alturas, es anecdótico: el penal que convirtió en la definición ante Ghana, que abrió la tanda ante los africanos, terminó en el único gol que pudo celebrar la Roja.
En la lista de jugadores que quedaron al debe también pueden agregarse dos que ya cuentan con suficiente experiencia como para transformarse en referencias de este contingente: Gary Medel y Pablo Galdames. Al Pitbull no se le vio cómodo como mediocampista y al volante del Genoa hubo muchos que no le perdonaron su intrascendencia en el mismo sector, clave para el desarrollo del juego.
Críticas y optimismo
A Carlos Ramos, el rendimiento de la Roja en Asia no le sorprende. El presidente del Colegio de Entrenadores es categórico en la evaluación. “La sensación es compartida con todo el ambiente, decepcionado de lo que se hizo. Esto parte antes, en la nómina, quién la hizo, las dudas que permanecen hasta hoy. Nos damos cuenta de que el recambio no existe, porque tenemos pocas figuras. Hay muchachos que asoman, pero no juegan mucho. No es de una día para otro ni magia de Berizzo cambiarlo”, enfatiza, exculpando, en alguna medida al nuevo técnico de la Roja.
“Hay que ver cómo lo hacemos para generar recambio. Los jóvenes no tienen la posibilidad de competir, falta una inversión grande en las selecciones menores en ese sentido. Este fracaso y este mal momento parten en la administración y las decisiones que se tomaron. Si nos remitimos a esta gira, nunca había visto que nadie supiera quien hizo la nómina y que el entrenador apareciera con la lista hecha. Ni siquiera en selecciones de más bajo nivel” golpea la mesa.
En ese contexto, la máxima autoridad de los directores técnicos chilenos aboga por una mirada más profunda. “Hay que ponerle el cascabel al gato al tema de los representantes. Hay intereses personales que están primando sobre el interés general. Nosotros ya lo hablamos con la ministra Benado. De una buena vez, se debe separar la federación de la liga. No es un tema de que se jugó mal o bien en esta gira. Es un tema estructural. Retrocedimos 20 años”, sentencia.
Menos alarmista es el balance de Cristián Basaure. “Se logró lo que quería Berizzo, que era ver futbolistas. Nunca es bueno perder, pero creo que en esta pasada los resultados quedan en segundo plano. En cuanto a propuesta, la intención es mostrarse como un equipo intenso, presionar alto. Fue, al menos, lo que intentó hacer. Le resultó, por momentos. Hubo momentos en que incluso presionó sobre el arquero, pero eso conlleva más riesgos”, valora.
El exfutbolista repara en la nueva función de Gary Medel. “Es un elemento del balance. Veremos cómo lo resuelve cuando estén todos. Medel declaró que no le acomoda jugar ahí y entiendo que se pierde jugando ahí”, evalúa.
Finalmente, conjuga todas las variables para la conclusión. “Es difícil decir los peores. Tampoco hubo una figura excluyente. Hubo rendimientos parejos, oscilantes. Está bueno lo de Nayel Mehssatou. A Ibacache hay que darles minutos. Valencia no pudo replicar lo que muestra a nivel local. El balance va por otro lado, por la forma de juego, por el comportamiento en cuanto a la intención, mejorar aspectos como el retroceso, ver futbolistas. Hoy no descartaría a nadie, pero tampoco podría decir que alguien sentenció su nominación para siempre, porque no encuentro ese rendimiento”, apunta.