Un emotivo momento se vivió en la ceremonia de premiación, en la que Alexander Zverev no pudo contener las lágrimas al recordar a sus padres, quienes no pudieron acompañarlo por encontrarse con Covid-19. “Los echo mucho de menos”, expresó antes de romper en llanto. Antes, felicitó a Thiem por la victoria.

El pupilo de Nicolás Massú agradeció a todo su equipo y también elogió el trabajo de su rival. “Empezamos a conocernos en 2014 y enseguida empezamos a desarrollar una gran amistad y luego una gran rivalidad. Hemos hecho que sucedan grandes cosas dentro y fuera de la cancha. Es sorprendente lo lejos que nos llevó nuestro viaje para compartir este momento. Ojalá pudiéramos tener dos ganadores hoy. Ambos lo merecíamos”, manifestó.

Cuando se le preguntó por el técnico chileno, afirmó: “Desde que trabajo con Nico Massú, mejoré en cancha dura. También cambió mi mente. Para mí no es una sorpresa que mi primer Grand Slam no sea Roland Garros”.

Ahora Massú y Thiem volarán a Europa para preparar la gira de arcilla e ir en busca de la ansiada corona de Roland Garros, certamen en el que el austriaco ha sido finalista en las últimas dos ediciones.