La 2014-15 fue la última gran temporada del Barcelona. Fue un éxito rotundo, donde obtuvieron la Champions League, trofeo que les ha sido esquivo en años próximos, y un recordado triplete.

La vistosa escuadra dirigida por Luis Enrique destacaba por el poderío ofensivo comandado por Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar. Sin embargo, también hacía lo propio en todas las zonas del campo. La amplitud del plantel les permitía tener variantes en cada posición. Por ejemplo, en portería se dieron el lujo de tener a dos arqueros de talla mundial: Claudio Bravo y Marc-André Ter Stegen.

En julio de 2014, el conjunto culé dio el golpe del mercado al comprar a los dos metas. Por un lado, trajo al experimentado chileno de 31 años, procedente de la Real Sociedad. Además, compró el pase del alemán del Borussia Monchengladbach, quien en ese entonces tenía 22 años. Una apuesta para el presente y el futuro.

El desempeño de ambos los hizo mantener una férrea disputa por el arco del Barcelona, donde ambos tuvieron actuaciones trascendentales para la obtención del triplete. Mientras el oriundo de Viluco se encargó de atajar en LaLiga, certamen en el que obtuvo el premio Zamora al ser el portero menos batido de la competición, el teutón fue clave en la Copa de Europa y en la Copa del Rey.

La experiencia de Ter Stegen

Fue el propio Ter Stegen el que recordó sus inicios en el Barcelona y la competencia que mantuvo con Bravo. En conversación con el exarquero español Andoni Zubizarreta, el seleccionado alemán contó detalles sobre esa etapa junto al chileno: “Ahora lo veo con más tranquilidad. Entiendo lo que pensaste en su día al fichar a Claudio. Apostar por un portero joven como yo podía salir bien o mal. Claudio ya había jugado en la Real, conocía La Liga y lo demostró en los dos años que estuvo”, comentó, en diálogo con el sitio oficial del cuadro catalán.

Lo hizo espectacular. Solo me quedaba trabajar y quejarme… y eso es lo que hice”, continuó. “En los dos primeros años, el día a día estaba todo más planificado a las necesidades de Claudio y yo necesitaba otras cosas”, complementó.

Finalmente, se refirió a la dificultades que tuvo en su llegada a España: “Cuando me tocaba jugar tenía dos o tres días de preparación más específica para mí. Llegué sin hablar el idioma de los demás, al principio te cuesta un mundo”, sentenció.

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