Nicolás Guerra celebró sus 22 años como jugador de Universidad de Chile. El pasado 9 de enero, las redes sociales del club festejaron al jugador estudiantil: “Bullanguero y de la cantera... Feliz cumpleaños, Nicolás Guerra”, decía el mensaje. La mayoría de los hinchas, lejos de sumarse a los buenos deseos, lo llenaron de críticas. Incluso, los más avezados, llegaron a decirle que aún estaba a tiempo de estudiar alguna carrera universitaria. “Ojalá le achunte a las velas”, decía otro.
Lo cierto es que meses después a ese incidente, Guerra decidió dejar Universidad de Chile. Abandonó el club que lo formó como jugador desde los 14 años para dar el paso y firmar en Ñublense, elenco recién ascendido a Primera. En la U, durante la temporada pasada, anotó apenas tres goles en 23 duelos jugados, con un promedio de 0.13 por partidos, lo que de alguna manera terminaron por sentenciar su suerte en La Cisterna.
En Chillán, sin embargo, Guerra parece haber encontrado su lugar en el mundo. Volvió a ser el mismo que bajo la conducción de Hoyos, quien llegó a llamarlo Kun Guerra, asomaba como el gran proyecto del club. En la victoria de los Diablos Rojos por 5-1 frente a Colo Colo, el santiaguino convirtió y llegó a tres goles durante la presente temporada, los mismos que hizo durante todo el torneo anterior vestido de azul.
Jaime García, el DT de Ñublense, repasa la llegada de Guerra: “Me gustó de inmediato la opción de Guerra cuando la ofrecieron. Sentimos que era un jugador irreverente, potente, rápido. Decidimos ir por él. Tardo en llegar por problemas internos”, comienza diciendo a El Deportivo.
El delantero llegó a ponerse de inmediato bajo las órdenes del DT. Quería dar un vuelco a sus últimos años como futbolista: “Guerra estaba con desconfianza, cuando sienten que no los toman en cuenta es normal que estén así. Él llegó acá feliz, con una gran disposición y ganas. Le dije que yo busco jugadores finos. Llegamos a un acuerdo entre cuatro paredes y ya ha bajado casi cinco kilos. Él está muy cómodo, lo veo muy feliz”, agrega.
“No estaba en su peso, estaba desmotivado en la U. No jugaba. Él acá no tiene un posición fija: yo lo hago jugar en todos lados. Si quiere de 9, de 10, de puntero, de lo que sea. Que sea libre y disfrute. La ansiedad en otros equipos te come la cabeza. Él se ha dejado querer y me ha cumplido. Le pedí llegar a un peso y está en eso ya. Está mucho más ágil”, advierte.
García reconoce que Guerra ya se ganó un puesto en Ñublense. En la ofensiva junto a Mathías Pinto, otro formado en la cantera estudiantil, se ha encargado de hacer pelear a los Diablos Rojos en la parte alta del torneo. Hoy los de Chillán marchan en la cuarta posición del torneo, con 10 unidades. “Me ha rendido sicológicamente porque futbolísticamente siempre estuvo. Está sano de arriba. No soy doctor ni siquiatra, pero uno conoce a los niños. Él necesitaba salir de la U por un tema de tranquilidad emocional, muchas cosas que hoy tiene acá”, agrega.
En relación al presente de Ñublense, la cabeza del equipo asume la importancia de vencer a Colo Colo, pese a que en su mayoría presentó juveniles, por los 17 contactos estrechos que arrojó la Seremi por el positivo en Macul.
“Enfrentamos a un rival súper difícil. Ellos fácilmente nos podrían haber metido dos el primer tiempo, sin complicarse. Después tuvimos la experiencia para darlo vuelta, pero enfrentamos a un equipo que tiene mucho futuro. Los chicos estuvieron a la altura, tienen un potencian increíble. ¿Las burlas? No, nosotros los respetamos. Nunca hubo burla, jamás mis jugadores tiraron un túnel, nada de faltar el respeto. Yo trabajé en series menores en Palestino y sé todo el trabajo que hay”, cierra.