El renovado Cachito Vigil: filósofo y dueño de casa
El entrenador, que estiró su vínculo con las Diablas, reflexiona sobre los efectos de la pandemia y cómo ha podido aprovechar este momento con las seleccionadas de hockey césped.
Sergio Cachito Vigil (54) es un motivador por excelencia. El recientemente renovado entrenador de la selección chilena femenina de hockey césped pasa en Buenos Aires sus días de cuarentena obligatoria y desde su casa participa en diversas actividades para levantar la moral de la gente en estos difíciles días de pandemia. Dice que las solicitudes de saludos se han multiplicado, pero que, aunque se demora, siempre trata de cumplir con ellas.
“Estoy respetando la cuarentena. Estoy con mi esposa Marcela, mi hijo Thiago de 16 años y mi suegra de 91 años. Tengo preocupación. Y lo primero que hago es tomar recaudos porque hay una persona que es muy mayor. Salgo lo menos posible y trato de respetar la cuarentena a rajatabla. Esa preocupación me lleva a accionar”, relata, junto con detallar que ha disfrutado con actividades cotidianas, como cocinar, cortarle el pelo a su retoño, hacer aseo, cantar y bailar. Su rutina comienza temprano, rezando, reflexionando y haciendo introspección.
Este cúmulo de sentimientos lo lleva a hacer profundas valoraciones. “Siento alegría y entusiasmo por estar compartiendo con mis seres más queridos. Estoy disfrutando mucho ese espacio con ellos. Por mi actividad, yo viajo constantemente y siempre tenía muy poco tiempo en cantidad, aunque sí tenía en calidad. Es una oportunidad muy importante”, señala.
Cachito es un tipo de muchísima sensibilidad. Y se emociona al hablar de lo que sucede alrededor. “Siento angustia por las personas que están viviendo la cuarentena en condiciones precarias; por las personas que han perdido el trabajo, ya que no pueden darle a su familia lo que necesita. Siento preocupación por los médicos, las personas de la salud, las que recogen la basura en las calles, las que tienen que limpiar los supermercados y, por supuesto, las personas que se contagian y sus familias. Ellos están expuestos constantemente al virus. Siento también preocupación por los gobernantes, que tienen que tomar decisiones que no son nada sencillas por la responsabilidad que tienen”, reflexiona.
Otro de los pensamientos del padre de las Leonas argentinas tiene relación con el concepto de encierro. Y así lo plantea: “Muchas veces hablamos de distanciamiento social y se le pone el rótulo de encierro. Eso me lleva a preguntarme qué es encierro. Encierro es el que sienten los médicos; las personas de la salud; las personas de la basura que no saben qué hay en esa bolsa que van a tomar; las personas que limpian los colectivos, los trenes; y los que han contraído el virus y sus familias. Esas personas están encerradas por el virus. Encerrados también están los que tienen que salir a trabajar sí o sí. Hay otra parte de la comunidad que simplemente está guardada en su casa y cuidada por todos los que de verdad están encerrados, que son los que están en la pelea contra el virus. Las personas que pueden subsistir, pueden estar bien. Más que encerrados, están en un espacio que merece mucha reflexión, conciencia y espíritu de transformación y ver cómo poder ayudar. No solo ahora, sino cuando la pandemia termine, porque va a quedar gente muy vulnerable en muchos aspectos. Eso me quita el sueño”.
Cachito tiene un especial agradecimiento hacia el mandatario transandino Alberto Fernández por la forma en que ha manejado la crisis en su país: “Yo siento que el gobierno ha cuidado mucho al ser humano y ha puesto como prioridad cuidar a los más vulnerables, que son las personas mayores. Cada vez que oigo hablar al Presidente, siento que lo que está haciendo lo siente en cabeza, cuerpo y alma. Hay una preocupación por cuidar a las personas y eso no solo me emociona, sino que me representa”.
En este sentido, el entrenador valora que, a pesar de las duras consecuencias económicas, se haya optado por el camino de cuidar a la gente: “Se han tomado decisiones para poder ayudar a todas las personas que quedan expuestas ante la cuarentena, como las que están sin recursos y están tratando de ayudar a la gente y a las empresas para que no echen a las personas. Y todo esto se está haciendo con un nivel económico súper débil. Pero, a pesar de eso, siento que el ser humano está primero y espero que siga estando”.
Con las Diablas a la distancia
En lo deportivo, el DT está muy contento por su renovación en el equipo chileno. “Vamos año a año y sigo con las Diablas. Ahora estamos haciendo entrenamientos virtuales. Realizamos una charla general cada 15 días y hacemos trabajos específicos. Cuando empezó la pandemia era importante la labor de la psicóloga Carolina Delmónaco, quien trabajó con cada una para saber cómo estaban. Con esa información empezamos a trabajar grupalmente. Por otro lado, el PF Ariel Cuartero trabajó individualmente la parte física, lo que también es una ayuda para el espíritu. Después tuvimos una charla grupal y cada uno fue contando cómo estaba transitando esta cuarentena y qué necesitaba de cada uno del staff”, explica.
Los entrenamientos por líneas han estado a cargo de Diego Amoroso, quien les mostró a las jugadoras los movimientos que ejecutan y los comparó con otros equipos internacionales y masculinos. Además, se sumó Carolina García, recientemente retirada. “La incorporamos al cuerpo técnico como segunda asistente y ella nos ayuda con trabajos de técnica individual porque ella es una artista en esta materia. Ella les encomendó a las chicas enseñarle a alguien que estuviese en su casa alguna técnica del hockey. La idea es que, si uno sabe enseñar, es capaz de desarrollar mejor la técnica. A partir de ahí está con cada una trabajando aspectos técnicos”, comenta.
Uno de los desafíos para el equipo era darle otro sentido a la pandemia, por lo que todo el organigrama que encabeza Alfredo Castro diseñó un novedoso sistema. “Nos comprometimos como equipo a entrenar con el hockey de Chile. Armamos un sistema de entrenamientos físicos grupales. Cada chica está unida por Zoom y todas juntas lo hacen, mientras que en los trabajos de videos conceptuales que hace Diego invitamos a distintas zonas del país. Por ejemplo, se reúne la defensa y se invita virtualmente a una región del país: tres entrenadores y seis u ocho chicas. Esas niñas lo están haciendo con la Diablas y cuando está concluyendo el entrenamiento se interactúa y eso genera integración. Lo mismo en la parte física y psicológica. Esto nos permite ver cuáles son las necesidades de cada región y a partir de eso ver cómo las podemos ayudar. A esto le llamo jugar en equipo esta cuarentena; ser un puño y ser familia de hockey”, sentencia Cachito, haciendo gala de su característica filosofía fraterna.
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