La victoria sobre Peñarol revivió a Colo Colo, que tiene en la Copa Libertadores una buena opción para lavar heridas. No obstante, esta semana enfrentará una expedición siempre compleja: Brasil. Athletico Paranaense recibe al Cacique con el afán de gobernar en el grupo C del certamen continental.

El Furacao también ha pasado por vicisitudes en el último tiempo. En agosto, tras cuatro derrotas consecutivas, el técnico Dorival Junior fue cesado del cargo y la directiva determinó ubicar como interino a Eduardo Barros, quien se mantiene hasta la fecha. Luego de tres partidos sin ganar (dos empates y una derrota, todas en el Brasileirao), sumó dos victorias al hilo: 1-0 a Coritiba, por la liga, y el agónico 2-3 sobre Jorge Wilstermann, en Bolivia, terreno siempre complicado para los brasileños.

La actualidad del Paranaense tiene varias cosas en común con la de Colo Colo. Primero, por el hecho de tener a interinos como cabezas técnicas por tiempo indeterminado. Segundo, tener en la arena internacional la opción de sacudirse de los malos momentos en sus torneos locales. Si los albos marchan en el decimoquinto lugar del Torneo Nacional, con apenas dos victorias en 11 presentaciones, el Rubro-Negro también ocupa la posición 15 de la tabla del Brasileirao (entre 20 clubes), con 11 puntos, uno por sobre la zona de descenso. En Brasil, bajan los cuatro últimos a la Serie B. De 10 partidos disputados solo cuentan tres como victorias.

Si el referente colocolino es Esteban Paredes, con 40 primaveras, en el caso del Athletico Paranaense la distinción le recae a Lucho González. Con 39 años, el volante argentino atraviesa por el epílogo de su carrera. Pensando en el partido del miércoles, el DT Barros recupera al defensa Thiago Heleno, quien no viajó a Bolivia por una limitación fisiológica de practicar actividad deportiva en lugares de altitud. Otro jugador a poner atención es el golero Santos, convocado al Scratch para el inicio de las Eliminatorias.

Héroe después del doping y el sobrepeso

Walter Henrique da Silva es un personaje. Este jugador le dio la victoria a Paranaense en Bolivia la semana pasada, aunque su historia va más allá de hacer un gol en la Copa. Es mucho más larga y compleja.

En septiembre de 2018, cuando estaba en el plantel de Centro Sportivo Alagoano, el delantero fue suspendido por doping, debido a consumo de sustancias para bajar de peso. Esto pasó meses después de haber sido demorado en una comisaría por usar un arma de juguete cuando empleados de una empresa eléctrica fueron a cortarle la luz.

Con 31 años, Walter llegó este año al Furacao y se propuso bajar 23 kilos. Estaba en 117 kilos de peso y bajó a 94, gracias a una dieta exigente y entrenamiento diario. “Pasé dos años sin jugar fútbol y por eso fue mi reacción después del gol. Agradezco a Dios, a mi esposa, a los hinchas que siempre dieron fuerza y al presidente que apostó por mí, al equipo y entrenador. Es un día especial para mí y que nunca voy a olvidar”, manifestó el futbolista después de su gran jornada ante Wilstermann.