América de Cali es uno de esos equipos que tiene hinchada allá donde va. Da igual que juegue en el Pascual Guerrero, en Bogotá o en la costa caribeña. Siempre habrá color rojo y aliento en las tribunas. Sin embargo, por razones obvias, el miércoles cuando reciba a Universidad Católica, no contará con el respaldo que le ha convertido en un equipo temible como local.
Casi 200 días han pasado desde el partido de la primera vuelta por el grupo E de la Copa Libertadores, en el cual el cuadro cafetero se impuso en San Carlos de Apoquindo (1-2). Y mucho han cambiado las cosas desde entonces.
La situación originada por el Covid-19 ha golpeado las arcas de los equipos colombianos -que recién el pasado fin de semana han reanudado el campeonato doméstico- y América no ha sido la excepción. Del plantel que salió campeón local en diciembre se han marchado el goleador Michael Rangel y el hábil argentino Matías Pisano, precisamente, la mancuerna que fue decisiva en el duelo disputado ante los cruzados en Santiago.
“Esta pandemia nos dejará en crisis económica, pero como el Ave Fénix renaceremos de nuestras cenizas y con nuestros talentosos canteranos nos recuperaremos”, es el mensaje que envía desde su cuenta de Twitter el máximo accionista del club, Tulio Gómez.
América es uno de los grandes de Colombia, como certifican sus 93 años de historia, 14 títulos locales y cuatro finales de Copa Libertadores, pero hoy -cuando justamente disputará su partido 200 en la máxima competición sudamericana- debe luchar contra las dificultades económicas. Católica se encontrará a un equipo renovado, en el que se mantiene Duván Vergara, el jugador más desequilibrante de los rojos y que ya complicó a la defensa de Internacional de Porto Alegre la semana pasada.
Cambio de timón
Otra víctima deportiva de la pandemia fue el entrenador Alexandre Guimaraes, artífice en el regreso del equipo escarlata al máximo nivel sudamericano y que hizo olvidar en tierras caleñas el doloroso descenso a la categoría B, en la que estuvo un lustro a comienzos de la década. Su sustituto en el banco de América es el argentino Juan Cruz Real, que ha intentado en poco tiempo aplicar su idea de juego, que se basa en la posesión del balón en campo del rival y un estilo ofensivo.
“Tenemos una idea, una intención, e intentamos ejecutarla en cada partido. En todos los estadios buscamos ser protagonistas. Tratamos de proponer y creemos que, si tenemos el control del juego, hay más posibilidades de atacar mejor y tener la iniciativa del partido”, señala Cruz Real, que en su etapa como jugador tuvo un corto paso por Unión San Felipe en 2003.
Sobre el chileno Rodrigo Ureña, que ha jugado como lateral derecho en lugar de su posición habitual en el mediocampo, el técnico elogia su polivalencia: “Rodrigo hizo un buen partido el otro día en Brasil ante un equipo difícil como Inter. Es una alternativa más, sabiendo que no es la posición en la que más se ha desempeñado, pero ya ha jugado de lateral en el proceso anterior y también alguna vez en Chile”.
El central Marlon Torres ve con buenos ojos el nuevo estilo que muestra el próximo rival de Católica: “Hicimos una pequeña pretemporada cuando nos permitieron entrenar en grupo. El profe ha venido con buenas ideas, su idea me hace recordar a la que tenía Atlético Nacional con Juan Carlos Osorio”. Mientras, el capitán Luis Paz no se olvida de la salida de Guimaraes, sin embargo, también le secunda: “Fue una noticia triste y nos quedamos desarmados; pero nos toca seguir adelante. Juan Cruz Real nos ha dejado una gran impresión, está tratando de darnos su estilo y le gusta el buen trabajo y la exigencia”.