El sello del Loco borra la era Tabárez: los drásticos cambios de Marcelo Bielsa que marcan al nuevo Uruguay
Con poco más de un año al mando de la Celeste, el técnico rosarino le puso su impronta al combinado charrúa, lo que se ha notado en la Copa América y las Eliminatorias. Un viraje al clásico estilo del fútbol uruguayo, ese que mantuvo el longevo estratega durante 15 años (2006-2021) y 221 partidos. La suplencia de Luis Suárez es un ejemplo de los nuevos tiempos.
Marcelo Bielsa es un entrenador de extensa trayectoria, reconocido como el mentor de varios colegas que aspiran a seguir su metodología y estilo de juego. Tiene logros y también deudas. Una de ellas es la Copa América. Con la selección uruguaya está dirigiendo por tercera vez en el certamen continental, el que nunca ganó. En 1999 llegó a cuartos de final con Argentina. Luego, en 2004, alcanzó la final con la Albiceleste, sin embargo perdió con Brasil. Tras 20 años, el rosarino regresó y hoy está en semifinales, precisamente tras eliminar al Scratch en tanda de penales. Está a dos partidos de conseguir el objetivo y convertir al elenco oriental en el más ganador de la competencia.
La presencia del estratega argentino en cualquier banca no pasa desapercibida. Por lo mismo, su arribo a la Celeste ha sido tan particular como mediático. No solo por tratarse de un entrenador extranjero, algo poco común en un combinado (y un medio) que defiende lo nacionalista como el uruguayo, sino que pregona un fútbol totalmente distinto al que históricamente acompañó a la nación oriental. Quizás eso fue lo que aspiró la AUF cuando fueron por Bielsa para reemplazar a Diego Alonso, después de la eliminación en la fase grupal del Mundial de Qatar.
Transitar de ese fútbol rústico, aguerrido y efectivo, que representaba fielmente Óscar Washington Tabárez, a una propuesta más ofensiva, vertical e intensa. El estilo Bielsa. El DT fue mesurado tras la clasificación a semifinales, consciente de lo que deben mejorar. “No estoy conforme con haber creado tres situaciones de gol. Pero a su vez el rival generó dos. Las generaciones ofensivas fueron bajas. A mí me atrae mucho más atacar que defender, pero tengo que valorar que defendimos bien y creamos una opción más que el rival”, planteó después del duelo ante Brasil.
El cambio de paradigma de la selección uruguaya ha dado resultado con un proceso que lleva poco más de un año. Bielsa debutó dirigiendo a los charrúas el 14 de junio de 2023, venciendo a Nicaragua (cuyo DT es Marco Antonio Figueroa) en un amistoso desarrollado en el Estadio Centenario. Si bien se trató de un juego preparatorio y contra un rival menor de Concacaf, desde el inicio se notaron los matices de la idea que estimula. Plantear el fútbol de otra manera. Cambiar el núcleo del clásico estilo uruguayo, para pasar a una propuesta de vértigo. Por cierto, el hecho de tener las herramientas para desarrollar esa idea es una ventaja. El amplio abanico de alternativas que tiene el plantel charrúa ayuda en este afán.
La etapa del Maestro Tabárez es fundamental para explicar el resurgimiento de una potencia sudamericana. La segunda era del longevo estratega (de 77 años) duró 15 años, desde 2006 hasta 2021. Dirigió nada menos que 221 partidos, con un registro de 104 triunfos, 58 empates y 59 derrotas. Alcanzar el cuarto lugar del Mundial de Sudáfrica 2010 fue una especie de anticipo de lo que vendría al año siguiente: ser campeón de la Copa América, en Argentina. Manteniendo una base estable, la era Tabárez parecía casi inquebrantable. Sin embargo, el proceso se fue desgastando, siendo el corolario las Eliminatorias para Qatar 2022. En noviembre de 2021, una derrota con Bolivia fue el fin.
Del Uruguay de Fernando Muslera, Diego Godín, Maxi Pereira, Diego Pérez, Egidio Arévalo Ríos, el ‘Cebolla’ Rodríguez, Diego Forlán, Edinson Cavani y Luis Suárez; al Uruguay de Sergio Rochet, Matías Viña, Ronald Araújo, Federico Valverde, Manuel Ugarte, Nicolás De la Cruz, Facundo Pellistri y Darwin Núñez. Hay un dato que refleja fielmente el cambio de la plantilla y la ausencia de los estandartes de la vieja guardia. Del equipo que llegó a cuartos de final del Mundial de Rusia 2018, el último al mando de Tabárez, sobreviven solo seis de los 23: José María Giménez, Guillermo Varela, Rodrigo Bentancur, Nahitan Nández, Giorgian De Arrascaeta y Luis Suárez. Por cierto, solo uno de ellos es titular con Bielsa: Nández (un volante reconvertido en lateral).
Algo que marcó el inicio de la era Bielsa fue el debate respecto a la presencia de los históricos, particularmente Suárez y Cavani, los goleadores históricos de la Celeste. El técnico argentino terminó convocando al Pistolero, pero para asignarle un lugar secundario, como el suplente de Núñez. Mientras que el Matador renunció a la selección, pese a su buen presente en Boca Juniors. Tampoco volvieron Muslera y Sebastián Coates, otro habitual del Maestro.
Este viraje en 180° no es solo desde la propuesta futbolística. Quedó de manifiesto con los interpretes para manifestar en el campo lo que quiere Bielsa. El promedio de edad de la plantilla que tiene en la Copa América es de 26,2 años. Bielsa confía en elementos como Sebastián Cáceres (24), Mathías Olivera (26), Manuel Ugarte (23), Maximiliano Araújo (24), Agustín Canobbio (25) y Cristian Olivera (22).
Ese sello impuesto por el Loco también se ha dado, con polémicas de por medio, con las formas y estilos de trabajo. Esto implicó la salida de una serie de colaboradores históricos que trabajaban con el seleccionado uruguayo, y especialmente durante la etapa de Óscar Tabárez, por los cortocircuitos con Bielsa. Se fueron el encargado del Complejo Celeste, Claudio Pagani; el jefe médico, Alberto Pan; el entrenador de arqueros, Carlos Nicola; y otros miembros del equipo como videoanalistas.
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