Carlos Astroza fue el chileno que mayor protagonismo tuvo en el Mundial de Rusia. Sin la Roja en el máximo evento, la presencia nacional se redujo al equipo arbitral que comandó Julio Bascuñán y que también integró el asistente Christian Schiemann. Ninguno entró a la cancha.
Astroza, sin embargo, participó en 18 partidos, incluida la final que Francia le ganó a Croacia. Lo hizo desde el VAR, el último intento de la FIFA por resguardar la justicia deportiva. Entre los jueces a cargo de colaborarle en decisiones conflictivas al árbitro principal, Astroza fue AVAR 2. Es decir, el encargado de dirimir las posiciones de adelanto.
"Fue un desafío. Era la primera vez que se iba utilizar el VAR a ese nivel. Era la prueba de fuego para la FIFA, para los árbitros, de poder lograr una performance correcta. Fue tensionante en un principio, la preparación. Había cosas nuevas. Afortunadamente, salió bien. La preparación fue exhaustiva, muy fuerte. Teóricamente y prácticamente. Es lo que hoy tiene al mundo hablando del VAR y esperando contar con la tecnología para lograr justicia deportiva", declara Astroza, traductor de profesión.
En Sudamérica, la introducción del sistema ha sido paulatina. La Conmebol lo implementó en la Libertadores. "El VAR vino a ayudarle al árbitro. Es muy importante tener claro ese concepto", refuerza.
Desde el arbitraje, también se pueden experimentar historias de superación y esfuerzo en el deporte. No lo practican, lo vigilan para que se desarrolle en orden. Como Astroza.