El sentido mensaje de Analía Fernández, bronce en esgrima: “Está lleno de mamás con sus hijos que no tienen dónde dejarlos para poder entrenar; que nos abran una sala”

Analía Fernández
La emoción de Analía Fernández junto a su hijo tras obtener el bronce en espada. Foto: AGENCIAUNO.

La espadista lamentó las condiciones en la que tiene que entrenar, ya que no tiene un lugar donde dejar a su hijo mientras entrena, lo que dificulta muchísimo su preparación. Confiesa que las autoridades han ignorado su petición.



Muy contenta se mostró la esgrimista nacional tras obtener la medalla de bronce en espada. “Es un logro demasiado bacán. Siempre había estado a punto, rozando la medalla, y al fin se dio”, declaró sobre un logro que le permitirá asegurar su participación en el Preolímpico de la especialidad, en busca de un cupo a París.

La espadista agradeció el apoyo que tuvo en el Centro de Deporte Paralímpico. “Estoy emocionada. Gracias a toda la gente que vino a verme. Me daba una fuerza, aparte de la que yo tenía. Cada grito, cada aliento de ellos era para mí y yo gritaba para ellos”, expresó.

Sin embargo, este logro tiene un lado amargo para ella. “Es súper difícil ser mamá deportista en Chile, se te cierran todas las puertas. Es como ‘quisiste ser mamá, arréglatelas sola’. No hay una entidad o alguien que te diga ‘oye, nosotros te vamos a poner un centro, una persona o una sala, lo que sea para poder cuidar a tu hijo, así tú nos puedes seguir representando’. No, ellos solamente te piden y te piden resultados y si no obtienes resultados, te quitan todo. Igual esa presión es fuerte. Tengo el apoyo de mi familia”, expresó.

Una petición

En ese sentido, apuntó a las autoridades por la poca comprensión que hay hacia las deportistas en condición de madre. “La presión no viene tanto de la federación, sino que de más arriba; del Comité Olímpico y del IND, que son a los que he pedido ayuda y me la han negado, porque dicen que no tienen recursos, porque no están preparados para poner salas con niños. ‘Búscatelas sola’, es lo que siempre me han dicho: ‘lo sentimos’”, lamentó.

Por esto mismo espera que su bronce abra los ojos de las autoridades y haya recursos para implementar una guardería y así facilitar el trabajo de las deportistas: “Espero que digan ‘pucha, a pesar de que no la apoyamos, aun así nos entregó una medalla...’. No soy la única mamá deportista que entrena en el CEO. Está lleno de mamás con sus hijos que no tienen dónde dejarlos para poder entrenar; que nos abran una sala. Qué cuesta. Tienen tantas salas desocupadas en el centro, que abran una sala, le pongan unas colchonetas y pongan a dos personas a cuidarlos. Si entrenamos cuatro horas al día. Cuánto les va a costar...”.

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