Mientras los jueces del fútbol chileno mantienen firme la postura de paralizar sus actividades hasta que se produzca la salida de Javier Castrilli de la Comisión de Árbitros y la reincorporación de los 16 desvinculados por el instructor argentino, los jugadores se declaran en alerta. Aunque no está involucrado directamente en el tenso escenario que enfrenta a los encargados de aplicar el reglamento con sus directores y la ANFP, el Sifup empieza a definir los márgenes de acción frente al futuro inmediato que pueda tomar la disputa. Hasta ahora, las posturas son rígidas y un eventual acuerdo se torna complejo.
“El movimiento de los árbitros nos involucra indirectamente. Si no hay árbitros, no se puede jugar. ¿Qué va a pasar si ponen árbitros ANFA o cadetes? No sé si la solución sea despedir 11 jueces. La búsqueda de la solución debe ir por otro lado, pero hoy lo que nos preocupa es lo otro”, manifiesta Gamadiel García, presidente de la entidad gremial que agrupa a los jugadores, a El Deportivo. Según el timonel de la gremial, la decisión está tomada: “Los jugadores ya dijeron que no se puede jugar”.
García retrocede un poco en el tiempo para encontrar una disyuntiva parecida. “Esto es lo mismo que pasó para el estallido social. No se puede jugar porque hay un riesgo para la integridad del futbolista. Por una mala decisión de un árbitro, un jugador de fútbol se puede quedar sin competir por el resto del año, sufrir alguna lesión grave. Ese riesgo no podemos correrlo”, sostiene.
Exigen garantías
El escenario cambiaría si, efectivamente, la ANFP contrata jueces internacionales, como evalúa desde el inicio de la controversia. “El árbitro internacional tiene las características que corresponden al fútbol profesional. De ser así, no podríamos decir que no están las condiciones para jugar”, argumenta para abrir una ventana a la posibilidad de que los encuentros puedan desarrollarse.
Un escenario distinto se produciría si se recurre a una solución que no cumpla lo que el Sifup considera como parámetros mínimos, los que la ANFP ya tiene en conocimiento. “Si no hay árbitros profesionales, no se puede jugar. Yo ya se lo dije a Milad y los jugadores están recalcando lo mismo. La comunicación con los jugadores es constante”, revela.
“Es lo mismo que pasa cuando quieren romper los paros de los jugadores profesionales y ponen a jugar a los cadetes. Este no es un paro de los futbolistas, pero si no están las condiciones, no se puede hacer. No se puede jugar nomás”, sentencia el líder gremial.